... Y esa petición es la de concederme la mano de vuestra hija, Alix Teriat, en matrimonio...

Mencionó fuerte y claro, sin ninguna duda en su corazón y sin dejar de mirar al soberano en la comodidad de su trono. Sabía que sería demasiado directo y poco decoroso, más no se anaría por las ramas para expresar tal anhelo. Su mirada era firme y decidida al hablar.

~... Quizás ante sus ojos soy un viajero insensato que de manera inaudita y repentina reclame esta audiencia y esta petición sin más; quizás para su familia soy solo un extraño imprudente que no mide la gravedad de sus palabras; y que ante mis ojos no soy más que un sujeto armado con el valor para afrontar cualquier obstáculo, pero... yo en serio quiero a vuestra hija, y mi deseo es permanecer a su lado todo el tiempo que me sea posible.

Claramente se podía apreciar una singular tranquilidad aún en la sala del trono, que pese a estar bajo una tenue oscuriad aún se podía disfrrutar de aquella misma calma que llegaba con el soplo de la fresca brisa que se colaba hasta ellos.

Ataviado con su mejor armadura, misma que usó desde su llegada, éste se matuvo sus pasos hasta una distancia prudente que no amenazara ni se sintiera tan distante de aquel monarca descansando sobre su rodilla izquierda en una clara muestra de respeto, donde permaneció silente por unos instantes tras aquel cuestionamiento, pues pensaba en las mejores palabras para hacer tal declaración.

~ Yo, Sir Lancelot, Caballero del Lago; me muestro ante usted, humilde y sin intenciones de ofensa alguna, aunque puede que el pedir una audiencia con usted ya es demasiado de hacer; he venido hasta aquí con el afán de hacer una segunda petición además de esta audiencia...

-El cántico suave de las copas de los árboles meciéndose a merced del viento vespertino, mantenían al regente en un estado de calma, relajación y meditación.

Axl había recargado el báculo contra el respaldo del trono al notar la presencia de aquel caballero que caminaba a paso firme hacia él.

¿Lo conocía? No estaba muy seguro, desde hacia tiempo que su vista había empeorado por una extraña e ignorada aflicción que el mismo Axl se había empeñado en ignorar para no levantar preocupaciones en el reino.

Se colocó recto y apoyó los brazos en los descansabrazos del asiento para responder a la petición del visitante.

—Maratuldë, Viajero. —Respondió afable el rey. —¿Para qué asunto solicita usted tal audiencia? —

Habían pasado algunos días tras haber sido recibidos en Asernova, al ser el interés amoroso de una de las hijas de aquella familia soberana: Alix. No obstante, por casualidades de la vida, desde su llegada, no había tenido ni un momento apropiado para conversar con los padres de aquella princesa a la que aquel caballero tanto adoraba. Más ahora, con seguridad, trataría de entablar conversación con la cabeza de la familia y el territorio. Caminó a paso firme y tranquilo, aunque por dentro los nervios lo tenían tan tenso que podría perder la compostura.

Caminó por un rato entre los pasillos y, finalmente, pudo llegar hasta la sala del trono, donde pudo observar al mismo rey sentado con gran calma.

~ Espero y me conceda una audiencia con usted y vuestra reina, milord.

♧Después de su siesta decidió ir a visitar a su papá,tocó aquella puerta esperando que su Majestad (papá ) le permitiría entrar♧