Estaba bastante enojada, no tenía privacidad, trabajaba como loca y ahora también era perseguida por su tío. Cuando estaciono el auto fue sacada con brusquedad, tuvo que caminar nuevamente a trompicones por culpa ajena. No sabía a dónde diablos la llevaba, pero estaba preocupándose.
— Ya verás lo que harás... ya verás. Si te sigo es por tu bien.
Dejó la amenaza en el aire, no le diría ahora lo que haría, o empezaría a hacer escándalo. El trayecto a su mansión fue corto y rápido. Entraron en el garage, estacionó y salió del auto, volviendo a tomar a su sobrina del brazo.
— ¿Que voy yo a hacer yo en tu mansion? La última vez me lanzaste por el balcón
Recordar ese momento se le hacía desagradable. Cuando comenzó a acelerar como un desquiciado ella se aferra al cinturón de seguridad. Tras escuchar aquello sintió que aquello era demasiado exagerar.
— No estaba dando un espectáculo, yo estaba divirtiéndome. Espera, ¿Que hacías tú ahí? ¿Me estás siguiendo?
Encendió el auto. Estaba tan enfadado con la situación que piso a fondo el acelerador, pegandole un poco al auto de enfrente(?) Maldijo y siguió su camino.
— Que ellos te hayan ayudado no significa que tengas que estar dando un espectáculo así.
Sus amigos la veían siendo alejadas por el número uno, estaba claro que ninguno iba a enfrentarse a él, probablemente dejarán de hablarle a ella. Cuando el varón la tiró en el auto ella se sobó los glúteos y le lanzó una mirada algo enfadada.
— Si pero... Ysh... No ha Sido divertido eso, ellos me ayudaron con lo nuevo para tu agencia en entrenamiento... Además, ¿A dónde me llevas?
Aún en la calle, seguía tirando de su brazo, hechandole furibundas miradas a los hombres y mujeres que osaban a mirar a s sobrina. La metió al automóvil, cerrando la puerta con violencia.
— ¿Usagiyama? Ya veo... La tía Rumi entonces también recibirá su merecido.
— Ni estamos bebiendo, solo los veo jugar y bailamos y cosas así, ti-tio...
¿Estaba siendo protector con ella? Que raro se había puesto Endeavor desde que había firmado el contrato para que fuese a trabajar para él. Era su sobrina, usualmente el no la trataba. Cuando fue arrastrada le siguió a trompicones.
— H-Hey, Y-Yo no vivo en tu mansion, ¿Recuerdas? Espera... Está r-ropa me la regaló Rumi, regañala a ella también (?)
Estaba celebrando con algunos compañeros que habían terminado el prototipo N22 con la velocidad de un héroe, se tapó el pecho con un suéter, estaban en un bar, no creyó encontrarse con el número uno.
