— Tengo que irme.

Respondió ella con simpleza luego de mantenerse callada. Lo mejor era evitarlo antes de decirle algo, porque comenzaba a tener una sensación no muy agradable en su pecho. Con cuidado se mueve, haciéndose en pie y de esa forma avanzó hacia la puerta, sin voltearse a mirar.

— Qué decepción...

Murmura para si al abrir la puerta hacia el exterior. Tenía mucho en qué pensar.

No quito su mirada de ella solo quedó en silencio, un trago de su propia saliva se notó en su cuello. Sus manos no se quitaban de sus mejillas, seguía acariciando con cariño, solo esa mirada miel rasgada se posaba en los ajenos pronunciando más ese silencio.

— Espero ella te cuide, seguro si.

En esa pausa en sus palabras, nuevamente se acercó dejando otro sutil beso a su frente. Soltó con calma sus mejillas aún recostado en las piernas de ella.

— ¿Los gatos tienen comida? Se me ocurre que podemos ir a comprarles algo

Aún recostado en las piernas de Aura, Sun desvía su mirada a uno de los felinos que se acercaba.

A veces, Aura no entendía ciertas expresiones del jóven. No cuestionaba nunca lo que decía, hasta en ese momento que lo entendió.
Sun se le estaba confesando, ese beso robado y toda esa imagen que le estaba obsequiando eran prueba de ello.

La azabache se sonroja, mirándole en silencio por largos segundos que podían tornarse incómodos. Traga saliva, sonriendo suave en un intento de calmarse y ordenar sus ideas antes de abrir la boca.

— También te quiero Sunsu... Pero algo me dice que no de la misma forma que tú me quieres.

Con cuidado se ve haciendo hacia atrás, alejándose, buscando verle desde una distancia más razonable porque así de cerca, Aura se estaba poniendo nerviosa.

— Somos amigos. Me gusta que lo seas... No quiero mas razones, ni nada más que eso... ¿Me entiendes, Sun? Eres muy especial para mi...No arruinemos esto.

— Quizás... hay una razón para todo ello

Musita con calma en sus palabras. Había durado un tiempo sin saber de la azabache, la había encontrado con ese nuevo aspecto rubio luego de meses. Sun pensó en que le debía una explicación de su otra vida...otra vez esos pensamientos.

Sus manos se aferraron en un abrazo a la joven, seguía manteniendole cerca. Sus orbes mieles estaban cerrados para no pensar.

— Siento que te cuido desde hace tiempo y no me refiero a cuando nos conocimos..

Abrió despacio sus orbes mirando el rostro de la joven, podía sonreír despacio acariciando sus mejillas.

— No puedo dejar de cuidar a alguien que me importa, alguien a quien quiero, a alguien que eres tú

Continuaba esas caricias olfateando su perfume y su cercania, observó sus labios y en un pequeño arrebató dejo un pequeño beso pronunciado a sus labios. ¿Estaba temblando? Sentía que lo estaba, sin embargo no quito su mirada de ella.

— Aura... Te quiero

Aura no esperaba ese arrebato de cariño tan puro, pero lo conocía. El rubio era amoroso, muy demostrativo y le era imposible no sonreírle al verlo tan relajado, a gusto con su cercanía.

— Yo te cuidaré a ti. No puedo hablar por Quesito, pero tú le agradas, me doy cuenta.

Llevó esa mano que le acariciaba hasta la mejilla, apretandole suave y jalando igual.

— Me siento bien desde que te conocí, siempre estás pendiente de mi y te lo agradezco. Hace mucho, mucho tiempo que no me sentía cuidada por alguien.

— Lo querré como te quiero a ti... seré su papá mono amoroso y protector

Estaba risueño y embobado, esa mujer lo traía tonto. Dejo de acariciarle con la cola, ahora está se abraza a la nuca de la joven atrayendola hacia abajo donde Sun. Ambos rostros estaban invertidos pero el rubio aprovecho de dejar un beso entre su frente y el puente de la nariz de Aura.

— Los cuídare a los dos...

Cerro sus ojos en esa cercania con la joven, ese momento lo era todo para el, con su mano que acariciaba su brazo fue directo a los cabellos negros de Aura.

Su manera de expresarse despierta en ella ternura, aunque no lo diera a conocer, sonreía mirándole entre esos mimos que deja a su cabellera rebelde.

— ¿Te comprometes a cuidarlo bien? Tienes que protegerlo, alimentarlo y ser paciente. Es pequeño, y demanda cariño bastante seguido. Si puedes, entonces serás un buen papá mono para él.

Cierra sus ojos dejándose vencer por esas caricias de sus dedos y uñas, el rubio continuaba sus caricias a ellas pero más débiles.

— ¿Quesito? ... Si, quiero ser su padrastro mono... Cuidarlo...y amarlo... Dale pez ...con...queso

Se sentía en otro mundo, estaba muy relajado.

— El nuestro será lindo y negro como tu cabello... Negrito puede ser otro nombre... Si es niña puede ser otro ~...

Tenía la piel erizada por un escalofrío que le había dado. Abrió sus ojos lento mirando a la joven, que preciosa es.

— Me aceptas como papá mono... Eso me pone feliz

Sun tenía suerte de que no le desagradaba el contacto físico; con todos esos toques ya estaba sintiendo cosquillas.

— Me gusta Domingo... Y no puedo decir un nombre en el aire, necesito verlo antes. No entiendo a la gente que tiene hijos y les asigna nombre sin conocerlo antes...

Aura ríe suave, la cola afelpada del rubio le resultaba adorable. Y ella, sin detener los masajes y caricias a su cabeza se sigue relajando.

— ¿Quieres ayudarme a criar a Quesito? Mientras no tienes tu propio hijo.

Bien cómodo se relaja con esos mimos a sus cabellos rubios despeinados por la azabache, Sun le miraba sonriente y pensativo, las caricias de los dedos ajenos le relajaban.

La cola del mono se acercó dejando caricias al cuello de Aura también para mutuamente darse mimos.

— Vago (?) Mentira, le llamaría, Domingo, porque los domingos se descansa todo el día ¿Tu cómo le pondrías a nuestro hijo? ~

Su cola fue acariciando con calma cuello y mejilla de la contraria. Sin quedarse quieto, su mano se estira para dejar sobadas al brazo de ella que estaba en reposo.