— Tengo una idea! Y si vamos juntos a ver pianos para tocarlos? Así me ayuda a ver cuál puede ser el digno para mi, así como usted tiene el suyo, el escogido pudiésemos buscar uno para mi

— Opino que antes de eso, deberías probar algunos...Ya probaste el mío. Hay un modelo mas antiguo en el teatro, y otro en el museo de la música. Se trata de tu comodidad...

De todas formas observa los planos en el celular. Un par de ellos le hacen asentir en aprobación.

— Hablando de pianos, mire.

Le saca su móvil mono y le enseña pianos.

— Quiero comprarme uno ¿Cuál debería? Aunque hay teclados pero no son tan completos como los planos ¿Que me dice?

Le entrega el celular estando cerca de ella mirando en conjunto, seguía apretando esa cola pícara en sus caderas.

— Aparte de gracioso, eres bastante atrevido. ¡Si usaras esa energía en practicar piano serías un prodigio!

Toca la punta de la cola, le sorprende todo lo que puede hacer. Hasta coquetear con ella.(?)

— Lo prohibido es rico profe ~

Se sonríe encantador al mirarle, su cola la atrapa por la cadera atrayendola.

— Lo prohibido se hace tentador ~

Aparta la mano, un sonrojo acompaña su risa alegre.

— ¿Coqueteo? Soy tu profesora, eso está prohibido. (?)

No sabía si se estaba haciendo la loca, tal vez si, pero le parecía linda y el mono aún así seguiría.

— Es coqueteo salvaje ~ soy lindo pero tú más linda

— Ah...claro, por supuesto.

No entiende ninguna de esas terminologías sobre animales. Pero le sonríe simpática para no desanimarlo, luego lo despeina.

— Lindo, mono lindo.

— Si pero no (?)

Da una vuelta apareciendo a su lado con una rosa que no se sabe dónde la saco pero era bonita (?).

— Es como echarte los perros, pero con algo mejor... Monos ~

—Hace cejitas pícaras a ella—

— ¿Cómo es eso? No es que quiera, siento curiosidad.

Juega con sus dedos toda tímida.(?)