En silencio asiente y se concentra en la voz de aquella chica, respira hondo y suave para calmar sus nervios de hacerlo bien, continúa tocando esta vez usando su cola de forma elegante tocando la última tecla. Sonaba bonito, la profesora era profesora por tener aquella razón y conocimiento, continuo la escala a la par de ella posando nuevamente esa cola cada vez que finalizaba la melodía. Está vez no dijo nada, solo esperaba que ella dijera algo, al verla solo le sonríe suave.

Nuevamente volvió a cambiar el semblante con él. Sí, la melodía estaba perfecta pero le molestó otra cosa.

— Usa tu cola.

Insiste. Esa primera lección tal vez sería la última para el muchacho, porque Aura notaba su desobediencia. Aunque el entusiasmo era agradable.

— Olvida mis manos, escucha mi voz. Toca una tecla aleatoria cuando terminemos la escala, ¿de acuerdo?

Eran ocho teclas que hacían una escala, cada escala subía, el chico mono apretaba las teclas con calma escuchando ese Do,re,mi,fa,sol,la,si,do.

— Creo que no hace falta usar mi cola, los alcanzo con mis dedos

Observa los dedos de la profesora Aura fijándose que también alcanzaban a las últimas teclas.

— Vaya, que dedos tan largos profesora Aura, tiene manos muy bonitas

Animado apretaba al mismo tiempo que la profesora creando esa melodía rítmica sonaba entre ambos.

— ¿Así?

— Profesora Aura.

Escuchó lo que quería, entonces se relaja. Ella misma alcanza a tomar la diestra del joven, posicionando los dedos sobre el piano de forma específica. Luego volvió a apoyarse en el teclado con sus manos, y comenzó a explicar.

— ¿Ves la distancia entre mi dedo pulgar y el índice? Así deben estar, siempre. Presiona, con ambos dedos y usa tu cola...para tocar una nota aleatoria.

En silencio sonríe suave al ver a la chica, le parecía guapa, se quedó está vez tranquilo apartando las manos de las teclas y hasta su cola, las dejo entre sus propios muslos mirando los dedos de ella.

— No me gusta la batería, es muy estruendosa.

Nuevamente le miro y luego a sus dedos era una indicación con la mirada de que ella continuará con su clase.

—Mi mano dominante es la derecha, profesora

— No voy a responderte hasta que tú me respondas primero.

La energía de ambos era muy diferente. El muchacho se veía ansioso, inquieto. Como un niño en medio de una juguetería antes de navidad. En cambio ella se tomaba su tiempo al hacer respiraciones y colocar las manos sobre el piano.

— Primera lección, yo hablo y tú escuchas. Si quieres gastar energía puedes probar con la batería.

Elevó la derecha moviendola al aire, sentandose a su lado su ánimo cambio a uno más atento y emocionado por tocar aquel instrumento, había posicionado ambas manos en las teclas y su cola de atrás estaba por uno de sus hombros atento también para cuando necesitará tocar una tecla en específico.

— ¿Que perfume usas? Hueles bastante bien ¿Cómo te llamas? Te tengo que decir profesora ¿Verdad?

Tocó algunas teclas realizando sonidos, sabía muy poco de piano, había visto algunas cosas en internet.

Tarda en responder, se quedó mirando las teclas del piano al meditar.

— Creo que puedes, como complemento de tus manos. ¿Cuál es tu mano dominante?

Nunca había enseñado a alguien como él, pero haría el experimento al intentarlo.

Se alza de hombros asintiendo, su cola se movía de lado a lado en el aire.

— Si, me gustaría ¿Puedo tocar con la cola también?

Este abre nuevamente el piano y toca una tecla sin permiso, claramente no uso ninguna otra articulación además de esa cola peluda.

— ¿Cómo dices...? ¡Espera, calma!

No estaba molesta por la actitud revoltosa que él mostraba. Por el contrario, se fijaba curiosa en cómo movía la cola.

— Lo siento, no quise parecer grosera. Tienes una mirada fuerte, me sorprendiste. ¿Quieres aprender a tocar?