Si, estaré libre.

-y así no lo estuviera haría espacio para ella. Siempre era una grata compañía y no la iba a desaprovechar. Se acercó a su mejilla y dejó un suave beso para después asentir-

Está bien, tendré constancia y esas cosas, pero eso o quita que sea torpe.

— Mañana por la noche ¿te parece bien?

Terminó por elevar los brazos y abrazarse a ella despacio.

— No digas eso, no lo eres... Con constancia y paciencia podrás hacerlo.

Cuando puedes?

-preguntó sin apartar su mirada de ella, sus manos afirmaron el agarre sobre la tela de su ropa mientras seguía hablando-

Enserio? Soy bastante torpe con las manos, pero haré mi mejor esfuerzo.

Lo primero que hizo fue enseñarle una sonrisa dulce y con cierta complicidad asiente.

— Te estaré esperando, noche de concierto.

Una de sus manos deja una caricia en la frente de Sonnie, con ligera timidez baja la voz para responder.

— Creo que aprenderías rápido...

Cierto, casi lo olvidó.

-pareció desanimarse por aquello pero se acercó a ella posando las manos en su cintura, un gesto un poco atrevido para sonnie-

Un concierto privado? Me gusta la idea. Solas tu y yo y tú piano.

-agregó lo último con una pequeña sonrisa mientras sus manos se deslizaban a las caderas-

Tal podrías enseñarme a mover los dedos así algún día.

— No podría, llamaría la atención y no quiero hacerlo por... tú ya sabes.

Guarda silencio, sus dedos dan una caricia a las teclas del piano antes de ponerse en pie.

— Pero puedo tocar para ti otra vez en otra ocasión.

Me gustaría escucharte tocar las seguido. Das conciertos?

-preguntó con una leve sonrisa observando sus ojos, estaba bastante entretenida en observarla-

Creo que te podrías ganar mucho dinero con eso.

Su mirada fue a parar donde Sonnie, terminando las últimas notas de esa melodía. Aura dejó las manos sobre su regazo, mostraba un rostro alegre pues apreciaba la presencia de la chica.

— Gracias. Necesito tocar mas seguido, me hace bien.

Porqué no? Tu voz es hermosa.

-de todas formas se acercó un poco más, lo suficiente para dejar su brazo apoyado sobre el piano y observarla a ella mejor, la forma en la que pasaba sus dedos por sobre las teclas y la melodía que les sacaba. Sonrió al mirarla y mientras la música reinaba en el lugar ella se concentraba en su acompañante-

Suena muy bonito

Tocó algunas teclas generando una pequeña y sencilla melodía, pausando para sonreír con algo de vergüenza ante su pregunta.

— Creí que estaba cantando en voz baja... No lo hago normalmente.

Volvió la vista al piano, a sus propias manos. Esta vez decidió ir por una melodía más compleja que comenzó a tocar, dejando que el espacio se inunde con esa armoniosa y melancólica música.