Buscamos la justificación de nuestros errores en el adorno verbal ajeno, esas palabras que nos llenan de valor para decir "Estamos en los correcto" pero entonces, ¿nosotros de verdad tenemos ese valor? ¿Sólo estamos tomando el valor de alguien más?

GARRAS, eso es, garras de un ave rapaz que arrancan nuestra humildad, nuestro criterio racional, NOS ABANDONAN A NUESTRA MERCED.
Merced, de quién, a quién... estamos a merced de la sociedad, del universo, nuestras mentes dejan de ser nuestro lugar más privado, pues ya no podemos ni siquiera confiar en ellas.