— ¿Ah? —respondió a su llamado con una torpeza tan impropia de un ser perfecto y excelso como ella, incluso pegó un brinco—. Nein, nunca, ¿tú sí? —le buscó con la mirada, en lo que sus manos enguantadas repasaban parte del cuello de la Unidad 02.
Ya lo había atrapado. En realidad eran de la misma edad, sólo que pilotos en diferentes especialidades y distintos objetivos. Su propia batalla estaba en las colonias espaciales y no en la tierra, que ya suficientes problemas tenía. Se podría decir que estaba allí de forma temporal, para saber cómo hacían las cosas allí.
Eso le trajo una idea. Interrumpió la limpieza para verla, con cierta curiosidad.
— Asuka — Sí, usó su nombre por primera vez. — ¿Alguna vez has viajado al espacio? ¿A las colonias? —
— Si sabes quién soy, ¿por qué me sigues llamando "extranjera"? —sus ojos azules le siguieron en todo momento, pues no podía con la curiosidad—. ¿"En tus tiempos"? ¿Cuántos años tienes? —cuestionó intrigada, despegándose de la barra metálica para avanzar hacia su Unidad—. Ten cuidado, si lo rayas más aún, ¡estás muerto! —gruñó y levantó un puño hacia el cielo, aunque seguro que ni él la estaría mirando—. Hago más que pagar renta; salvo al mundo. Y aún así debo compartir casa con un niño estúpido y una tutora más irresponsable que nada.
— ¿Otra vez tú? —inquirió, pero esta vez sin un atisbo de molestia. Se le veía más bien relajada, con ambos codos apoyados en la baranda metálica—. ¿También limpias?
