/Pasa sin decir nada.

Le regala una galletita a la alemana para que se tranquilice (???)

Se limitó a sonreír apenado; tenía sentido, aunque su nombre en realidad era la unión de dos palabras que un huérfano alguna vez robó como nombre.

— Claro que eres la mejor. Rompes demasiadas cosas todo el tiempo, así que me das trabajo. Sigue así. — Se acercó a ella y le palmeó la espalda. —

— "Extranjera" —chasqueó la lengua y enarcó ambas cejas con arrogancia mientras se cruzaba de brazos—, tu nombre no suena muy local... —carraspeó luego de escuchar su presentación y peinó sus largas hebras de fuego, como si no le hubiera prestado mucha atención—. Es obvio que sabes quién soy entonces. La mejor piloto, Natürlich.

Se detiene a medio camino. Regresa, luego se cruza de brazos para responder con una sonrisa divertida.

— Duo Maxwell a tus órdenes, extranjera. Reparo casi todo lo que está a la vista y esté hecho de metal. Una pena que no puedo hacer nada por tu unidad orgánica, pero admito que me gusta lo que haces, además las prestaciones de Nerv son buenas. —

— HEY, MÄDEL! ¿Y QUIÉN SE SUPONE QUE ERRRRRES TÚ? (?)

— Con esa cara no me sorprende que se hayan ido todos.

Y corre a protegerse de su ira. ¿?

— Pues te ves muy extraña, Ayanami. Me costará acostumbrarme —se cruzó de brazos, haciendo un escaneo de pies a cabeza.

¿Qué le iba a explicar? ¿Falla en el sistema de clonación? Nah. — ¿Qué pasa? ¿Se ve mal? —

— Gott! ¿Qué le pasó a tu ropa... y a tu cabello, Ayanami?