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AsteroporaHelvella · 31-35, F
Su distracción había funcionado perfectamente, porque por supuesto que así lo planeó desde un inicio. De esa manera su rival del duelo de varitas iba a estar lo suficientemente distraído como para realizar un contrahechizo a tiempo.(?) ¡Y funcionó! En lugar de su adversario yacía una bonita rana azul. —Ahora que eres una ranita, puede que me compadezca y te comparta de la crema. Es la comida para hoy.—

Pero para su mala suerte, no porque el rubio fuese una rana se iba detener. Una vez escuchó la rima, imaginaba que venía. —¡No, detente, que haces! Ya rizado me cuesta peinarlo...Ay no....— No es como que su queja fuera útil porque ahora estaba su cabello sumamente esponjado.

—En el cuento de Cenicienta, debes tu tiempo tener en cuenta. Tranquilo, no todo está perdido porque te daré un lindo vestido.— recitó de mala gana su hechizo, pero resultó a la perfección. La ranita azul ahora vestía tiara plateada y un vestido rosita.(?)
i1583121 · 26-30, M
El valiente y formidable "mago", se mantuvo estoíco y apunto con firmeza su varita de la cual se agitaba con serenidad una hojita que aun colgaba de su punta.

—¿Espera qu...? Justo antes de que pudiera sentenciar su conjuro se vio opacado y lluvia fulminante de un ácido que no podía entender.

—¿Qué es esto? Huele rico, pero está frío. ¡Y se pega! —Espetó confundido y para cuando quiso reaccionar, el verdadero conjuro se dejo ver a la par de una rima singular.

—¿Rana? Espera...

El rubio entonces se convirtió en una pequeña ranita azul de ojos saltones.
—Qué me hiciste. Croac.

Ahora su varita era el doble de grande que él, pero con todo y su nuevo aspecto no se rendiría.

—Ahmm patas de serpiente, orejas de pescado y escamas de caballo. ¡Tu cabello no podrá ser peinado ni planchado! —Un pequeño fulgor de magia se dirigió al bello cabello pelirrojo ajeno y lo convirtió en un enorme afro.
AsteroporaHelvella · 31-35, F
—¿Me estás retando? Que valiente.— Ella no tenía rama, pero como estaba cocinando una crema para la comida, le apuntó con un cucharón de madera el cual agitó para salpicarle, obvio los residuos estaban fríos. —Ordeno a los espíritus del bosque que concedan mi deseo, que te vuelvas verde, que seas ojón, te salgan patas largas y saltes en los lagos. Regresa a la forma humilde que mereces. ¡Oh Orion la rana!— Si, se acaba de inventar el hechizo.(?)
i1583121 · 26-30, M
—¿Y mi duelo? Estuve practicando con un palo. (?) —La amenaza con la rama de un árbol.

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