*Ella en lo único que pensó fue en la posibilidad de alejarse lo más posible del peligro, así que apretó fuerte la mano de Amudiel y respondió rápidamente, sin pensar claramente en las posibles consecuencias.*
Si, si, así lo haré, lo prometo, pero vámonos cuanto antes, esta misma noche.
-Nos ocultaremos de eso no hay y sin duda haré lo imposible para resguardarte, pero debes prometerme que si llegan a encontrarnos deberás acabar con mi vida y sin dudarlo entregar mi cuerpo como evidencia de tu trabajo ¿Esta bien?
*Volvió a tomar a su amado del brazo para poder cruzar juntos la calle. Esta vez miró a la calle para ocultar el posible llanto que pudiera soltar si no lograba controlarse de nuevo.*
Vámonos a otra parte. A otra ciudad, al bosque. Tal vez aún no saben que estamos aquí.
-Y yo te amo a ti y mas que nadie se que sucede con los ángeles acusados de traición... Yo no quisiera verte arder en fuego eterno por culpa mía.
-Mantenía su idea firme era cierto que por la aparición de nuevos ángeles la vida de ambos peligraba pero sí podía hacer algo para salvar a su amada lo haría aún si eso significará darle su vida a ella-
*Pero a Faith simplemente no le gustaba el plan. A pesar de las grandes diferencias entre ambos, habían creado un lazo bastante fuerte.*
¿No entiendes que te amo?
*Exclamó. Soltó la mano de Amudiel y apartó con suavidad la mano del demonio que le secaba las lágrimas. Se recompuso, aunque aún tenía los ojos rojos y húmedos*
Cuando llegue el momento, haré lo que crea lo mejor hacer.
