-Ante la aterradora presencia, el “sucio mortal” no hace más que levantar la ceja y dar un resoplido de contrariedad. Era claro que el amable caballero estaba tratando de intimidarlo o algo parecido, y él no era fácil de intimidar. Guarda silencio y mira a la pequeña, esperando la respuesta.-
Supongo que eso lo decide todo, ¿no? -Sonríe de medio lado al escuchar la protesta.- ¿Consideras que he cometido una descortesía? -Continúa, sereno, dirigiéndose únicamente a ella.-
~Siente como es llevaba de brazos en brazos hasta terminar siendo cargada por su hermano, con cuidado para no caerse se abraza a él desde el cuello con una mano, mientras que con la otra le toca la mejilla para que volteé a verla.~
No hagas nada, sabes que no apoyo la violencia, ademas... ya estoy aquí.
~Deja salir un suspiro esperando a que Sariel quitara su forma oscura.~ Estoy bien Onii-chan.
— Él principe de los infiernos estaba muy feliz admirando las lindas mejillas de su pequeña hermanita, pero, no supó en que momento un extraño de apariencia desalineada se llevó a su querida pequeña. — Sucio mortal — Molesto, se transformo en su forma oscura, y de un salto se interpusó en el camino del individuo. —
Con que... te gusta llevarte pequeñas indefensas... ¿No es así?
— Él extendió los brazos para quitarle a su hermana y cargarla como si fuera una bebé. —
Ahhhh, pero que descorteses son estos mortales... ¿Debería castigarlo Ashi?