Noto en la voz de la contraria la molestia, y al volver a mirarla comprendió que ahora sí habían provocado su enojo. Negó varias veces, queriendo rectificar sus palabras. —¡No fue con mala intención! Lo siento, Stormfly, bien no lo olvídare... No te molestes Astrid... No quise ofenderla, ni ofenderte...—

— Stormfly, Elián. Su nombre es Stormfly, no lo olvides o tu próximo vuelo con ella puede ser mucho más turbulento. —

Está vez si frunció su ceño con molestia, cruzándose de brazos sin apartar su mirada de él. No aceptaría ese tipo de comentarios para con su dragona, mucho menos cuando estos no eran ciertos, ya que probablemente no había dragona más dulce y juguetona que Stormfly.

— Sólo siguió mis indicaciones. —

—¿Eh? Ah... No fue mi intención.— No había querido sonar descortés con ella, pero sintió que así fue. Apenado apartó su mirada de la escena y rosco su mejilla derecha... —Solo que fue inesperado, creí sólo eras linda con esa dragona sádica.—

— ¿Húh?. . . Suenas bastante sorprendido, Elián. —

Alzó su mirada en dirección al albino, curvando sus labios en una sonrisa que evidenciaba lo divertida que le resultaba la pregunta. Realmente no le molestaba el comentario, era muy consiente de la impresión que daba a las personas que apenas la conocían, y solo sus más cercanos amigos sabían de lo cariñosa que podía ser con el castaño.

—¡Hey! ¿Entonces también tienes momentos en los que eres cariñosa?— Jamás se espero ver a la rubia en una escena tan apacible. Mucho menos luego de la humillación que recibió en sus prácticas con ella.