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Pudo escuchar como dentro Hiccup parecía tener algún tipo de dificultad, e inevitablemente sonrió con algo de diversión. No necesitaba estar allí para saber, por el aviso dado, que el área de trabajo del vikingo estaría desorganizada. ¿Qué tanto tiempo habría pasado allí, perdido en sus pensamientos, mientras diseñaba algún nuevo invento? Con una leve negación de su cabeza, observando a su alrededor, buscando a cierto dragón inquieto de negras escamas. Chimuelo nunca se demoraba más de unos segundos en ir al encuentro de Tormenta para ponerse a jugar.

— Que extraño...

Murmuro un segundo antes de volver su atención hacia la puerta que finalmente fue abierta, enfrentándose a los conocidos orbes verdes. Momentáneamente, al comprender que el jinete desconocía el paradero de su dragón, olvido el motivo de su visita y, en lugar de volver a repasar los alrededores, le dedico una mirada preocupada.

[c=#608FBF]— ¿Estas bien? Es extraño no sepas donde se encuentra Chimuel
SW-User
— ¿Ya esta todo listo Jefe?
— Tenemos que apresurarnos antes de las...
Entre palabras, suaves murmullos en sus sueños, farfulló. La presión de ser el nuevo jefe no le tendría lo suficientemente al pendiente como antes, estaba absorto en "Aquel que cuida a los suyos", que se olvido por segundos del Ojo de Dragón. Sí, su madre y Bocón ayudaban pero tenía que tomar las riendas él para aspirar a lo que su Papá alguna vez, su legado.
— ¿E-Eh? ¡Ouch! ¡AAH! ¿Es, es en serio? — Se dió un pequeño golpe con una herramienta que tenía como soporte. Escuchó la voz femenina al compaz de los tintineo de los nudillos.
— ¿A-Astrid? ¡Dame un segundo!—. Repusó tratando de colocar todo en orden, su taller era un verdadero desastre cada que trabajaba con Bocón. Sin más abrió la puerta y sus ojos también.
— ¿Pasa algo, Astrid? ... Espera, espera, falta el olor de cierto reptil. —
Subía lentamente por la rampa que llevaba hasta la cabaña de Hiccup, seguida por su fiel amiga dragona que la observaba con cierta curiosidad. ¿Por qué no volaba en ella para llegar más rapido? Simple, deseaba retrasar el encuentro con el castaño tanto como pudiera. En su mano derecha ella sostenía el Ojo del Dragón, mismo que había tomado hace unos días sin avisar. No entendía como aún no habían notado la ausencia del artefacto, ya que Hiccup y Fishlegs parecían estar algo obsesionados con aprender todo lo que pudieran de él.
Finalmente llego frente a la puerta de la cabaña, y sin más demora llamo con un fuerte toque.

— Hiccup, ¿Estás ahí?

Siendo sincera, había dudado demasiado en ir allí. Si bien hablar con Hiccup siempre había sido algo fácil para ella, no sabía como se tomaría el hecho de que prácticamente hubiera hurtado el Ojo del Dragón.

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