.La comida volando por los aires dejaría de ser un problema si ponían a la pequeña en un sitio con escasez de paredes—. ¿Deberíamos poner manos a la obra...?

La pregunta quedó en el aire cuando una alarma conocida se hizo presente en todo el lugar. Artemisa frunció los labios mientras maldecía en su interior a los Dioses o a los villanos que no permitían que una persona tuviera un buen balo y un merecido descanso. Pero se calzó las botas de inmediato y le dirigió una mirada a Dinah mientras intentaba recordar quiénes seguían al rededor en la base.

—Dime que no somos la única línea de respuesta —murmuró, poniéndose de pie y abriendo la puerta para ofrecerle el paso a Lance—. Porque no planeaba enjabonarme el pelo dos veces hoy...

Llegó el momento de portar su ropa nuevamente y sin pena alguna lo hizo estando Dinah presente. Después de todo, ¿quién a esas alturas no había conocido ya partes del cuerpo de los miembros del equipo? Ya fuese por una bala, por un cuchillo o por algo peor; los maleantes no tenían piedad por lastimar cualquier extremidad que lograran alcanzar y era menester que cada héroe y heroína supieran lo básico en primeros auxilios ya fuese para sí mismo o para los demás. Incluso un vendaje podía separar la vida de la muerte.

—Es catártico realizar un viaje a la naturaleza. Yo solía adorar pasear y escalar montañas; había cierta libertad, era como si las penas fuesen menos en comparación a los enormes cuerpos de agua o a las grandes cadenas montañosas. Estoy segura de que Roy querrá auxiliarnos, sin duda... También sería bueno llevar a mi sobrina. El encierro no le sienta bien a ningún infante —apenas terminó de subir el cierre de su pantalón se echó a reír. {...}

(...) le evoca buenas memorias ese lugar, podría ayudarnos a dirigir la excursión. Hemos vivido cosas muy turbias últimamente, necesitamos un descanso. Cuento contigo. Oh, y... —dejó pendiente la última calada, pues llegar al filtro le dejaba el más amargo de los sabores en su boca. Le mostró lo que quedaba de su cigarrillo—. Ni una palabra a nadie sobre esto.

De uno de los bolsillos laterales extrajo una cajetilla, no tardó el abrirla y extraer una cajetilla, y de esta un cigarrillo que llevó a sus labios enseguida.

— Se sintió raro desde que cada quién se mudó a su casa, quiero decir... —se tomó una breve pausa para encender su cigarro— desde que no están más aquí Conner, Megan, Nightwing, Zee y tú de planta —no hizo mención de los faltantes para no abrir viejas heridas, y le hizo gracia llamar así a Dick, pues lo recordaba siendo un mini Batman, serio y reservado con su identidad cuando entró al equipo. En cambio tener que lidiar con Demian en el presente... era un poco más.

— Cuando Roy y Ollie peleaban solía llevarlo a un lago en Utah —comenzó a recordar en voz alta, entre una calada y otra, percibiendo de a poco la mezcla del olor del humo y el vapor perfumado que se quedó en las duchas—, el agua es cristalina y rodeado por montañas que en esta época están cubiertas de nieve. Solíamos meternos al lago, creo que si (...)

Intentó no hacer obvia la pena en su rostro al pensar en alguien tan querido para el equipo como lo fue el joven velocista. Notaba muchas similitudes entre la arquera y ella, y no sólo en ciertos aspectos físicos; sino en su manera de procesar el dolor, y sobrellevar el orgullo.

Alguna vez todos creyeron muerto a Oliver. Dinah sufrió la culpa de haber matado a su "esposo" en su noche de bodas y después el que todos la creyeran loca cuando ella sentía que no era él quien la atacó. Ojalá hubiera tenido la oportunidad que estos jóvenes tenían al ofrecerles ayuda. Se había encariñado con todos ellos casi del mismo modo del que quería a Roy Harper, a Mia o a Connor.

Fue un alivio verle hacerse con su cabello, eso quería decir que no se sentía incómoda aún cuando ambas hicieran por cambiar el tema. Así que la mayor no tardó en alzar su chaqueta de cuero, que era parte fundamental de su rol de superheroína.

— Yo me haré cargo de ello y de asignar tareas para el campamento. De algo tiene que servir mi experiencia guiando al grupo, ¿no es así? —y sonrió, más motivada que antes. Pero no por ello dejó de añadir su opinión—. Las historias de terror son populares en esos lugares. Será mejor llevar tapones de oídos para los gritos.

Sus dedos se colaron entre las hebras rubias de su cabellera hasta que logró realizarse dos trenzas. Estaba un tanto cansada tras el entrenamiento, así que se tomó su tiempo para reposar la ducha sin ponerse prenda alguna más allá de la blanca toalla que rodeaba su cuerpo. —Sin embargo... —un suspiro pesado acompañó a aquella frase, su equipo seguía algo disperso. Los Outsiders tampoco se habían balanceado del todo tras la recaída de Garfield y siendo que muchos de ellos vivían en las mismas instalaciones el pesar se había extendido como nube gris. Convencerlos sería complicado. El recuerdo de ellos mismos en el pasado le vino a la cabeza, la comparación era difícil de no apreciar. Cuando perdieron a Wally tardaron en recuperarse y la catarsis no llegó hasta mucho después. ¿Qué estaba haciendo? No podía darse por vencida, justamente sabía lo que necesitaban porque ya lo había vivido.

¿Cuándo había crecido tanto como para reconocer en Dinah la misma mirada que ella le regalaba a Terra y a Halo cuando se preocupaba por ambas? Supo de inmediato que se había dejado ver débil y vulnerable tras decir aquello, pero no le resultó tan incómodo como en sus años de adolescencia. Artemis soltó una risa baja ante dicha realización, tal vez Nightwing tenía razón, ya eran adultos y por ello podían comprender y no huir de ciertos conflictos que se perciben mejor en la madurez. Cuán rápido pasaba el tiempo.

—Seguro más de uno buscará oírte cantar, personalmente yo quisiera volver a escucharte —decidió dar por sentado el tema anterior y centrarse únicamente en un proyecto que le diera cierta ilusión a los equipos.

* — Un campamento suena perfecto, pensaré dónde podría ser. Se me ocurre que mientras tanto, podrías contactar a tus compañeros y anotar a los que quieran ir. Tengo tiempo sin tocar una guitarra, ¿qué sería de un campamento sin música? Aunque no lo creas, las historias de terror me asustan un poco, necesito amenizar un poco el ambiente.

— No puedo hablar por él, pero no es rencoroso –sonrió, a fin de hacerla sentir un poco mejor. Se encontraban en los vestidores de mujeres, pues no tenía mucho que terminaron el último entrenamiento. El cuerpo de Dinah estaba envuelto en una toalla, al igual que su rubia cabellera (salvo que esta estaba envuelta en lo que parecía más bien un turbante). Trataba de remover el paño del espejo con su dorso, buscando el reflejo de la rubia con la mirada mientras reparaba en que pronto debería de retocarse las cejas.

Más bien trataba de verse fresca, pues sabía que había tocado un punto sensible para su pupila. Se le apretó el corazón.

— Ya conoces los horarios de mis consultas —porque además de Maestra de Artes Marciales, Dinah también era la terapeuta de los jóvenes héroes—, sino puedes acudir a mí, ya sabes, como tu amiga —se reincorporó frente al espejo y se giró hacia la rubia, cruzando una mirada solidaria, casi maternal, antes de encaminarse a su casillero—. Un campamento suen