— No se encontraba ebrio, de hecho nunca llegaba a ese punto, por lo que sorbió apenas un poco más y se alzó de hombros, observando el cielo razo y susurrando con calma y serenidad. — Nunca tocaría a alguien de modo irrespetuoso si no tengo semejante potestad, deberías saber mejor mi personalidad para este momento. —
@S H I K I 遠野 志貴: Creo que igual se hará costumbre, pero a mi no me incomoda en lo más mínimo. Sólo no me toques. — Apenas y notó el rubor del guardián, malpensó y se hizo a un lado de su propia cama. Lo que menos podría tolerar es que llegara ebrio hasta su habitación.— No quiero probar nada Shiki, quisiera más una bebida natural para refrescarme, tú te puedes quedar con el sake.
— Hahaha, pues... No es como si tú no hubieses hecho lo mismo la semana pasada ¿No? Cuidado que se nos hará costumbre. — Dijo con calma con las mejillas apenas levemente sonrojadas pero sobre todo por el sake, ya que ella sabía que era un hombre bastante serio, por lo que simplemente se sentaba a la orilla de su lecho, y sorbía un poco de sake, suspirando luego, para así acotar con serenidad y mirándole a los ojos de reojo al estar de espaldas.
— ¿Y no quieres probarlo? No es como si fuese a darte demasiado, no sería un buen guardián si dejara que caigas en excesos.
@S H I K I 遠野 志貴: —Anaïs disfrutaba de un merecido descanso, luego de un paseo casual por las calles de Japón. Fue hasta después de transcurridas unas horas, que escuchó el abrir de la puerta en su habitación, reconociendo a lejanía la voz de su guardián. Giró el rostro al tratar de encontrarse con él y en el "peor" de los casos que la viera en ropas menores. — Shiki, Shiki.. que inoportuno que vengas justamente que estoy en ropa interior. Y no, no he bebido sake.
— Cielos, parece que de ahora en adelante deberemos tocar antes de entrar ¿Eh? — Aunque de cierto modo aquello era "venganza", por cuando ella entró en el momento en el que se levantaba luego de la resaca de sake, y diablos, sí que le pegó duro. ¿Sake?
