Ah.. La curiosidad mató al gato, o eso escuché por ahí.

— Sonrió divertida, expectante a las acciones del joven y esas miradas lujuriosas que podía percibir hacia ella. Era normal de hecho. Sin embargo no tenía un gusto especial por él, solamente podía verlo como a muchos otros, como alimento o tal vez un objeto para un juego casual. Asintió sonriendo ante la caricia en su mejilla y en un instante le sujetó la mano mordiendo fuertemente en la palma con malicia, buscaba herir y también hacerle sangrar .—

Mngn, ¿A esto te refieres? Jajaja.

━ 𝐏𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐥𝐚𝐬 𝐝𝐨𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐚𝐬, 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐧 𝐬𝐚𝐛𝐞... ~
-La reacción de los ojos que parpadeaban varias veces al recibir un beso en la mejilla derecha incluso dejando una marca de labios, era la señal de que Anais lo tomaba con mucho cariño al joven Tomoki, sobre todo porque le pareció muy dulce al escuchar palabras atrevidas sobre sus pensamientos de querer estar con una succubus por primera vez. Al escuchar la pregunta que ella le hizo para el en ''experimentar'' con una succubus, el muchacho responde.-
━ 𝐏𝐮𝐞𝐬 𝐦𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐫𝐢́𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐫 𝐜𝐢𝐞𝐫𝐭𝐚 𝐞𝐱𝐩𝐞𝐫𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐞𝐧 𝐯𝐚𝐫𝐢𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐬𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬 𝐜𝐨𝐧 𝐮𝐧𝐚 𝐬𝐮𝐜𝐜𝐮𝐛𝐮𝐬. 𝐍𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐩𝐮𝐝𝐞 𝐯𝐞𝐫 𝐮𝐧𝐚 𝐚𝐬𝐢 𝐝𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐬𝐞 𝐥𝐞 𝐭𝐫𝐚𝐭𝐚 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐚 𝐮𝐧 𝐡𝐮𝐦𝐚𝐧𝐨, 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐣𝐞𝐦𝐩𝐥𝐨 𝐲𝐨.
-Alzó su diestra para alcanzar la mejilla derecha de la mujer mitad demonio y succubus, quien el decidió acariciar sumamente suave la piel blanquecina.-

Jaja, eres alguien muy inteligente o más bien diría, ¿tonto?, no lo sé. Pero me haces reír y eso me agrada.

— Ella al poseer una doble naturaleza dentro sí, el mostrarse de una y otro forma ante él parecía totalmente indiferente. Le sonrió al oír sus elogios y besó su mejilla derecha muy dulcemente, dejando una tenue marca húmeda de sus labios.—

¿Y a qué te refieres con experimentar? Uhmm.. Jajaja.

-Recibe amablemente ese cariño que depositaba unas cuantas palmadas suaves y con delicadeza en la cabeza del joven Tomoki, mostrando una sonrisa tierna y dulce en los labios ajenos. Pero luego de escuchar la pregunta que murmuraba cerca del oido derecho hacia a el, su sonrisa pasó a mostrar el verdadero lado perverso y pícaro, pensando varias veces en que debería elegir.-
━ 𝐉𝐦𝐦... 𝐄𝐬𝐭𝐚́ 𝐦𝐮𝐲 𝐝𝐢𝐟𝐢́𝐜𝐢𝐥 𝐞𝐥𝐞𝐠𝐢𝐫 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐨𝐬, 𝐲𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐝𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐒𝐮𝐜𝐜𝐮𝐛𝐮𝐬 𝐬𝐞 𝐦𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐞𝐥 𝐫𝐞𝐬𝐮𝐥𝐭𝐚𝐝𝐨 𝐟𝐢𝐧𝐚𝐥 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐠𝐫𝐚𝐧 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐞𝐧 𝐟𝐮𝐬𝐢𝐨𝐧𝐚𝐫 𝐚𝐦𝐛𝐚𝐬 𝐚𝐩𝐚𝐫𝐢𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚𝐬. 𝐂𝐨𝐦𝐨 𝐞𝐬 𝐞𝐧 𝐭𝐮 𝐜𝐚𝐬𝐨 𝐀𝐧𝐚𝐢𝐬, 𝐲𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐛𝐚𝐬𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐩𝐫𝐞𝐜𝐢𝐨𝐬𝐚 𝐲 𝐥𝐢𝐧𝐝𝐚 𝐞𝐧 𝐭𝐮 𝐚𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐨 𝐝𝐞 𝐯𝐞𝐫. 𝐏𝐞𝐫𝐨 𝐜𝐥𝐚𝐫𝐨... 𝐒𝐢 𝐭𝐞𝐧𝐠𝐨 𝐥𝐚 𝐨𝐛𝐥𝐢𝐠𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐞𝐥𝐞𝐠𝐢𝐫 𝐮𝐧𝐨, 𝐬𝐞𝐫𝐢́𝐚 𝐒𝐮𝐜𝐜𝐮𝐛𝐮𝐬... ~ 𝐘𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐧 𝐦𝐢 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐧𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐩𝐮𝐝𝐞 𝐞𝐱𝐩𝐞𝐫𝐢𝐦𝐞𝐧𝐭𝐚𝐫 𝐫𝐞𝐚𝐥𝐦𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐫 𝐜𝐞𝐫𝐜𝐚 𝐝𝐞 𝐮𝐧𝐚 𝐒𝐮𝐜𝐜𝐮𝐛𝐮𝐬.

— Echó a reír de nuevo al escuchar el silbido, y le dio unas cuantas palmadas en su cabeza, esta vez con mas cuidado y suavidad.—

Eres tan curioso jovencito, pero no estas tan mal con lo que preguntas. ¿Qué te gustaría a ti que fuese? ¿Demonio o Succubus?

— Musitó a su oído derecho, con una gran sonrisa ladina.—

-Se fijó en el detalle del bikini, de como lo estiraba aun mas para marcar aun mas las zonas íntimas y las partes de arriba. Asintió varias veces al fijarse de abajo hasta arriba, hasta silbar de forma atrevida y sorprendente.-
━ 𝐄𝐬𝐚 𝐦𝐚𝐫𝐜𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞𝐬 𝐞𝐧 𝐭𝐮 𝐯𝐢𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞, ¿𝐞𝐬 𝐚𝐥𝐠𝐮𝐧 𝐩𝐨𝐝𝐞𝐫 𝐞𝐬𝐩𝐞𝐜𝐢𝐚𝐥 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝? 𝐘𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐞 𝐥𝐥𝐚𝐦𝐚 𝐭𝐚𝐧𝐭𝐨 𝐥𝐚 𝐚𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐩𝐨𝐫 𝐬𝐚𝐛𝐞𝐫 𝐥𝐚 𝐜𝐮𝐫𝐢𝐨𝐬𝐢𝐝𝐚𝐝 𝐬𝐢 𝐞𝐬𝐭𝐚́ 𝐫𝐞𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐞𝐥 𝐦𝐮𝐧𝐝𝐨 𝐝𝐞 𝐥𝐨𝐬 𝐝𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨𝐬 𝐨 𝐥𝐚𝐬 𝐬𝐮𝐜𝐜𝐮𝐛𝐮𝐬.

@Kᴇᴠɪɴtᴏᴍᴏᴋɪ Sᴀᴋᴜʀᴀɪ: — Anais frunce el ceño la no comprender nada de lo que habla aquel joven, seguramente temas irrelevantes que realmente ni le importan a ella. Solo suspiró y negó en una amplia sonrisa, acomodandose los tirantes de su bikini.—

¿Esty cambiada?... Siemore he sido la misma. ¿Por qué lo dices? Uhmm.

De nuevo con las tentaciones.

-Ya tiene la frente un poco mas roja por darle otro golpecito pero esta vez más fuerte que antes, haciendo que el chico reaccionara rápido en sobarse varias veces en la frente suya. Tomoki responde a la pregunta.-
━ 𝐔𝐧 𝐭𝐢𝐩𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬 𝐜𝐚𝐧𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐫𝐞𝐠𝐮𝐞𝐭𝐨́𝐧 𝐞𝐧 𝐬𝐮𝐬 𝐚𝐧̃𝐨𝐬 𝐚𝐭𝐫𝐚́𝐬. (?) 𝐀𝐡𝐨𝐫𝐚 𝐬𝐢, 𝐯𝐨𝐲 𝐚 𝐬𝐞𝐫 𝐬𝐢𝐧𝐜𝐞𝐫𝐨 𝐲 𝐝𝐢𝐫𝐞𝐜𝐭𝐨 𝐚𝐥 𝐠𝐫𝐚𝐧𝐨: 𝐓𝐞 𝐯𝐞𝐨 𝐮𝐧 𝐩𝐨𝐜𝐨 𝐜𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚𝐝𝐚, ¿𝐧𝐨? 𝐀𝐮𝐧𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐢𝐠𝐮𝐞𝐬 𝐦𝐚𝐧𝐭𝐞𝐧𝐢𝐞𝐧𝐝𝐨 𝐥𝐚 𝐛𝐞𝐥𝐥𝐞𝐳𝐚 𝐚 𝐥𝐚 𝐩𝐞𝐫𝐟𝐞𝐜𝐜𝐢𝐨́𝐧... ~

—Le dio otro golpecito más fuerte entrecerrando los ojos por la duda.—
¿De quién demonios hablas?