*Para Cham Cham, la vida entre la belleza natural siempre ha sido parte de su entorno, de su educación como parte de una guerrera jaguar devota de los dioses y acreedora de costumbres, creencias y festividades ligadas a toda una cultura entera. Sin embargo, el peor error que cometió, le ha obligado a salir de aquellas mágicas tierras impregnadas de basta vegetación, flores y animales exóticos que en ningún lado se pueden apreciar. En su interior, una voz le guió a través de la incertidumbre en su alto compromiso por el bienestar de su honor y su dignidad enfocada al servicio de las poderosas deidades.*
*Cham Cham cegada por el orgullo, se atrevió a confiar en un duende, una criatura elemental y mágica de aquellos bosques, sin sospechar que éste robaría un artefacto y desaparecería sin dejar rastro. Ahora debía afrontar las consecuencias por su falta de compromiso, pues su única tarea era resguardar la apreciada y poderosa Piedra de Palenque resguardada en el Templo del Dios Huitzilopochtli, pero su instinto le ha marcado un camino completamente distinto, llegando a un lugar realmente peculiar y muy distinto a lo que ella acostumbra ver: La ciudad, el ambiente urbanizado, carente de toda esencia de la naturaleza, la suavidad del viento, el canto de las aves y los animales, y la comunicación con la naturaleza.*
*Habían grandes edificaciones de altos pisos, casas, escuelas, hospitales, bares, tiendas de prestigio y centros de recreación para toda clase de gustos y diversidad de edades. Su vestimenta le delataba que no pertenecía a la urbanización, pero Cham Cham no prestaba atención a lo que le rodea, pues el ruido del tráfico, las obras en remodelación de la vía pública u obras de construcción le dejaban atónita e incrédula con lo que sus ojos veían, después de todo, los grandes sabios de su querido pueblo le han advertido de las verdades sobre el hombre blanco, porque el Hombre blanco no posee corazón, engulle las tierras, la asesina y deja estéril, presa de los seres vivientes y de las plantas, arrasando todo a su paso. Es claro que no sabía por donde comenzar.- Paku, Paku, necesito descansar. -Le habló al pequeño mono mientras tomaría asiento en un barandal de un enorme puente peatonal, viendo las grandes luces artificiales de las señales de tránsito, edificios y anuncios de espectáculos o publicidad.-
