— Esto es una daga cariño, es como una espada muy corta y afilada, es más ligera y se puede lanzar.

Respondió aquello con una gran tranquilidad y una gran sonrisa mientras hacía girar esta arma blanca para poder sujetarla desde la hoja, una vez hizo esto extendió su mano ofreciéndole tomarla.

— ¿Te gustaría tomarla? Ten cuidado, está más afilada que mis cuchillos de cocina.

— ¿Eso es una espada?

Ladeó el rostro, curiosa por conocer la respuesta, puesto que jamás había visto una arma así.