La increíble fuerza de Zuka era algo que al joven de cabellos rojos tomó por sorpresa, él no se defendió del impacto tan solo colocó ambas piernas para mantener el equilibrio mientras era arrastrado hacia atrás por la fuerza ejercida sobre él, tras unos segundos finalmente se detuvo.

— No pensé ver a Zuka tan violenta...

¿No me darás zake? Que fastidio. -agita su abanico con cierta ansiedad encima y le golpeó la frente aquel pelirrojo con dos de dos dedos pero con la fuerza suficiente para enviarlo muy atrás lejos de su vista-

— Que violenta.. ¡Igual no te daré licor! Mejor te doy un caramelo.

Más te vale no decirme pequeña otra vez más o te voy a aplastar el cráneo contra la pared. -un efecto negativo recorría la lycan convirtiéndola en una malvada-

— ¡Eres pequeña, eres pequeña!

Exclamó haciendo un pequeño puchero, él sabía que Zuka era una adulta pero aún así no le quería dar de beber.

¿yo pequeña? Pero si soy más adulta que tú -Camino hacia donde estaba posicionando sus dedos debajo de su menton-

— ¡Eres muy pequeña para beber, no te daré sake!

Mocoso deberías traer algo de zake