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— ¿Nixev? — Preguntó con curiosidad. — ¿Por qué? — Su naturaleza más básica se mostraba descarada. Cada detalle quería hacerlo propio y forjar perfectamente lo más insignificante de cualquier historia, cualquier motivo, cualquier situación. Tenía mucho dónde escribir... todo aquello donde no tenía nada sobre sí.
Se perdió en la luz de los níveos pétalos y el color de sus iris se reactivó: el antiguo Azul grisáceo se transformó en un Naranja llamativo y vívido, cual amanecer que se abría paso en una tormentosa madrugada.
No supo porqué, pero llevó hacia su pecho aquello que protegería sin encontrar motivo mayor a un instinto que despertaba. Regresó la mirada al extraño para verle sin saber qué más decirle. Sus dudas poco importaban si no había resolución a ellas. —El tiempo las traerá, quizá... —Volvió la voz que intentaba mitigar su extraña emoción y pesar.
Se perdió en la luz de los níveos pétalos y el color de sus iris se reactivó: el antiguo Azul grisáceo se transformó en un Naranja llamativo y vívido, cual amanecer que se abría paso en una tormentosa madrugada.
No supo porqué, pero llevó hacia su pecho aquello que protegería sin encontrar motivo mayor a un instinto que despertaba. Regresó la mirada al extraño para verle sin saber qué más decirle. Sus dudas poco importaban si no había resolución a ellas. —El tiempo las traerá, quizá... —Volvió la voz que intentaba mitigar su extraña emoción y pesar.
La joven se perturbaba y encantaba constantemente: una dualidad que le inquietaba. Ella no podía juzgarle puesto que desconocía su pasado; por algún motivo, su vida y su nombre le eran inciertos. Un ser cuyos recuerdos estaban bloqueados, o tal vez perdidos. No sabía las atrocidades que podría haber sido capaz de cometer ni las máximas alegrías que pudo experimentar. Un libro en blanco.
Al verle sonreír no pudo evitar corresponderle aunque no supiera cuál era la intención genuina de sus actos. Le escuchó sin entender, mas actuó por cuenta propia: mero placer. Llevó las manos para acoger entre las palmas la delicada y peculiar flor que parecía deshacerse con la pobre brisa. Su tacto era muy diferente a lo que cualquier mortal habría alcanzado a sentir alguna vez, sin embargo, un sentimiento de angustia le dio a saber que para ella era extrañamente familiar.
— ¿Por qué...? —Retumbó en las profundidades de su mente, causándole una aguda punzada que no detonó respuesta.
Al verle sonreír no pudo evitar corresponderle aunque no supiera cuál era la intención genuina de sus actos. Le escuchó sin entender, mas actuó por cuenta propia: mero placer. Llevó las manos para acoger entre las palmas la delicada y peculiar flor que parecía deshacerse con la pobre brisa. Su tacto era muy diferente a lo que cualquier mortal habría alcanzado a sentir alguna vez, sin embargo, un sentimiento de angustia le dio a saber que para ella era extrañamente familiar.
— ¿Por qué...? —Retumbó en las profundidades de su mente, causándole una aguda punzada que no detonó respuesta.
BastHexen · M
(Abrían*/ Sin embargo*)
BastHexen · M
[...] Mientras hablaba, la palma de su mano mostraba como esa luz tenía forma de flor. Una flor cuyo tallo era gris como un cielo de tormenta. – De aquí nacerá algo a lo que podrás llamar hijo, quizás acompañante. Pero, su nombre será Nixev.
Los pétalos de la flor caían y flotaban. Eran como lágrimas que flotaban libres y, al mismo tiempo, eran como una nube esponjosa que parecía danzar y avanzar libremente. Son embargo, su color era del blanco más puro. Portador del brillo de la luna llena.
Los pétalos de la flor caían y flotaban. Eran como lágrimas que flotaban libres y, al mismo tiempo, eran como una nube esponjosa que parecía danzar y avanzar libremente. Son embargo, su color era del blanco más puro. Portador del brillo de la luna llena.
BastHexen · M
[…] Existencia libre, qué, por primera vez ostentaría a una cadena que la hiciera prisionera del futuro. Siendo el reflejo de lo que él alguna vez sintió.
Incluso aunque deseaba responder, no lo hizo. Aún no. Pues uso su brazo derecho como arma de estoque y se atravesó a sí mismo, sacando una esencia de si mismo. Era un brillo blanquecino, casi parecía un canto que susurraba la luna al oído de los espectadores más atentos. Era del color del abrazo de una madre cuando abraza por primera vez a su hijo. Era amor, era ternura y era, su recuerdo más preciado.
Extendió la mano hacia la joven mientras habría los ojos. Observó pues todas las facciones del rostro de la dama y le dedicó una sonrisa pura. Era la sonrisa más hermosa y triste que ningún mortal volvería a ver. Era invierno y verano juntos. Era el silbido que produce el viento al acariciar las copas de los árboles. Era hermoso.
-Ten. Esto es mi error, esto es mi amor, esto es la materialización de mi corazón inexistente. –
Incluso aunque deseaba responder, no lo hizo. Aún no. Pues uso su brazo derecho como arma de estoque y se atravesó a sí mismo, sacando una esencia de si mismo. Era un brillo blanquecino, casi parecía un canto que susurraba la luna al oído de los espectadores más atentos. Era del color del abrazo de una madre cuando abraza por primera vez a su hijo. Era amor, era ternura y era, su recuerdo más preciado.
Extendió la mano hacia la joven mientras habría los ojos. Observó pues todas las facciones del rostro de la dama y le dedicó una sonrisa pura. Era la sonrisa más hermosa y triste que ningún mortal volvería a ver. Era invierno y verano juntos. Era el silbido que produce el viento al acariciar las copas de los árboles. Era hermoso.
-Ten. Esto es mi error, esto es mi amor, esto es la materialización de mi corazón inexistente. –
BastHexen · M
[…] Eso no cambiaría que sucedería nuevamente. Sus ojos, ahora prisioneros de sus párpados, habían ocultado su esencia carmesí; destello bermellón que podía confundirse con el brillo de un rubí bajo el cálido sol de verano.
El miedo que pudo haberse reflejado en ellos…
Su cuerpo danzó levemente, similar a un vaivén provocado por un mareo inexistente que a nada llevaría. En ese caso fue tan leve que casi parecía un movimiento producido por una risa muda que jamás pudo verse reflejada. Una esencia pura que ya no tenía que mostrar el castigo de amar. Pues, ya no podía ser correspondido. Siendo prisionero del recuerdo de un tiempo tan lejano, que los principios de ese mundo eran solo una creencia inverosímil. Patrañas que se extendían por los miedos que producían el desconocimiento. La falta del saber.
Eso no cambiaba el pilar fundamental de su presencia, ahí. Un alma libre y pura, capaz de doblegar su amor. Así acabó frente esa dama ignorante de la realidad. […]
El miedo que pudo haberse reflejado en ellos…
Su cuerpo danzó levemente, similar a un vaivén provocado por un mareo inexistente que a nada llevaría. En ese caso fue tan leve que casi parecía un movimiento producido por una risa muda que jamás pudo verse reflejada. Una esencia pura que ya no tenía que mostrar el castigo de amar. Pues, ya no podía ser correspondido. Siendo prisionero del recuerdo de un tiempo tan lejano, que los principios de ese mundo eran solo una creencia inverosímil. Patrañas que se extendían por los miedos que producían el desconocimiento. La falta del saber.
Eso no cambiaba el pilar fundamental de su presencia, ahí. Un alma libre y pura, capaz de doblegar su amor. Así acabó frente esa dama ignorante de la realidad. […]
BastHexen · M
Desaprobación.
Mueca que se formó en su rostro de forma natural. Un gesto leve que solo pudo ser apreciado por una leve arruga en sus pómulos níveos. Expresión que en su interior era desalentadora, puesto que suponía el recuerdo inmediato de algo que no deseaba explicar. Si hablaba de ello, podría formar un tercer colapso en la historia del tiempo, quizás por eso lo que la gente vería sería algo nuevo.
El cuerpo del joven hizo un ligero y breve movimiento de hombros. Era una evasiva en toda regla. Estaba a punto de colapsar. En su interior notaba como una llama que se mantenía oculta comenzaba a arder de forma lenta. Esa señal la había vivido en el pasado. Era consciente por completo de su significado. [...]
Mueca que se formó en su rostro de forma natural. Un gesto leve que solo pudo ser apreciado por una leve arruga en sus pómulos níveos. Expresión que en su interior era desalentadora, puesto que suponía el recuerdo inmediato de algo que no deseaba explicar. Si hablaba de ello, podría formar un tercer colapso en la historia del tiempo, quizás por eso lo que la gente vería sería algo nuevo.
El cuerpo del joven hizo un ligero y breve movimiento de hombros. Era una evasiva en toda regla. Estaba a punto de colapsar. En su interior notaba como una llama que se mantenía oculta comenzaba a arder de forma lenta. Esa señal la había vivido en el pasado. Era consciente por completo de su significado. [...]
— ¿Por qué la asesinaste? — Simplemente preguntó. Cada palabra le ardió y su voz delató el malestar que le había producido tal acción, pero completamente lo ignoró. No tenía tiempo ni intención de atender nimiedades semejantes.
Agradecía en aquel instante, tener completo desinterés por el futuro.
Agradecía en aquel instante, tener completo desinterés por el futuro.
La extraña situación se tornaba más lúgubre y desalentadora: un asesino potencial con el cinismo suficiente para comportarse como un niño malcriado y caprichoso sin culpa aparente era quien compartía el tiempo con ella.
El cuerpo le comenzaba a pesar y los pulmones a respirar trabajosamente. Tosió un par de veces y sintió la arena dentro de su garganta. Echó hacia atrás un par de pasos, fulminando con total desagrado al anfitrión de ese infierno que se vestía de negro. Sin embargo, por un momento simplemente pensó en todas las muertes espontáneas que había visto bajo las callejas de la ciudadela: bobas caídas, golpes inesperados en frágiles lugares, enfermedades inofensivas que desataban el escape de la vida en un susurro... tantas formas de morir que no tenía porqué prejuzgar.
Se suavizó el semblante de la joven y, dándole la espalda, observó el revoloteo cegador que los rodeaba. No había luz natural que pasase a través de la barrera oscura que se había formado.
El cuerpo le comenzaba a pesar y los pulmones a respirar trabajosamente. Tosió un par de veces y sintió la arena dentro de su garganta. Echó hacia atrás un par de pasos, fulminando con total desagrado al anfitrión de ese infierno que se vestía de negro. Sin embargo, por un momento simplemente pensó en todas las muertes espontáneas que había visto bajo las callejas de la ciudadela: bobas caídas, golpes inesperados en frágiles lugares, enfermedades inofensivas que desataban el escape de la vida en un susurro... tantas formas de morir que no tenía porqué prejuzgar.
Se suavizó el semblante de la joven y, dándole la espalda, observó el revoloteo cegador que los rodeaba. No había luz natural que pasase a través de la barrera oscura que se había formado.
BastHexen · M
[...] Algo dentro de él se vio nuevamente herido. Se abrían viejas cicatrices en sus entrañas.
Sin embargo, su sonrisa no se desvanecía. Más bien portaban la calidez de un niño que buscaba el abrazo de sus padres y la aprobación de sus mentores. Pero, al mismo tiempo, un vacío profundo lo marchitaba todo, siendo así como el jardín de fantasía se volvía polvo que el viento llevado. Quedando aquellos dos cuerpos rodeados por una arena negra que impedía que fuesen observados.
Sin embargo, su sonrisa no se desvanecía. Más bien portaban la calidez de un niño que buscaba el abrazo de sus padres y la aprobación de sus mentores. Pero, al mismo tiempo, un vacío profundo lo marchitaba todo, siendo así como el jardín de fantasía se volvía polvo que el viento llevado. Quedando aquellos dos cuerpos rodeados por una arena negra que impedía que fuesen observados.
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