La ley del ladrón.
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RyunosukeSeiryu · 31-35, M
(Perdona por la tardanza y... WOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOW TE VOLASTE CON ESE ROLL! ME MATO, en especial el "Parecía la típica amante de algún funcionario muy importante más con esas vestimenta y sin hablar de esa fragancia a Channel number five que quedaba impregnada en el ambiente del estrepitoso Café-Bar de algún rincón de Japón." good good good ! me agrada)
*La noche no solo era para aquellos fanáticos del crimen, si no también para personas importantes con cargos inmensos, para prostitutas, para aquellos que querían divertirse en fiestas o en discotecas como nuestro amigo Ryunosuke.
Se podría decir que en el día, todo era mas tranquilo ya que estaba la luz que brindaba el sol, o digamos... mas facil ya que todo estaba iluminado, pero luego de caer el tope de las seis de la tarde, llegando a su hermano las siete de la noche, la ciudad daba un giro muy radical, parecía que la ciudad se despertara, o aquellas personas de la noche saliesen hacer de las suyas como ya se ha nombrado anteriormente.
El joven de 1.80 de alto, cabellos negros, piel blanca y cuerpo bien formado y definido, disfrutaba de una grata fiesta en una de las discotecas mas reconocidas y seguras de japón. El lugar se definia en varias secciones ya que era un lugar para gente adinerada, los Ryuujin, eran personas humilde, y muy adineradas, pero nuestro participante Ryu, no es que no fuese humilde, pero le gustaba darle uso a su dinero, y mas en las noches, siempre andaba solitario y algo fastidiado de la vida, queria algo de diversion o algo que lo divirtiese.
Era ironico que en las discotecas el se la pasara en la barra y no bailando, ninguna dama captaba su atencion como para invitarle a bailar. ¿Como podriamos llamarlo? serio, si, serio y muy reservado, siempre andaba con cara de pocos amigos o de perro bravo, era muy raro que su semblante cambiara.
El chico se encontraba sentado en una seccion donde las personas podian compartir y y beber un trago tranquilamente donde escuchaban la musica del lugar, pero Ryu se habia cansado de estar alli, no le veia nada divertido, estaba solo, como siempre, asi que se levanto, dejo su dinero en la mesa y se retiro del lugar.
Despidiéndose del guardia que lo conocía, el joven se encamino en una calle solitaria, eran las nueve de la noche casi las diez. Solitario, se topo con una lata, empezo a caminar y a patearla jugando un rato, le parecia entretenido hacer eso, sus manos estaban metidas en sus bolsillos y su mirada fijada en la lata, dio una patada algo brusca y mando la lata a la otra calle, al levantar la mirada, observo el nombre del Café - Bar.
Inexpresivo como siempre, ladeo su cabeza un poco y miro analizando el lugar, se veia tranquilo, por el vitral se veia a la joven descrita anteriormente, su cabello rojizo llamo su atención, primera vez en esa noche que algo había captado su atencion, pero no se inmuto ante la bella rojiza, era algo de rogar para las chicas, entraria por el motivo de tomar un café o mejor, alguna bebida alcohólica, se encamino hasta empujar la puerta, miro el lugar y observo que no habia mucha gente pero tampoco poca, lo necesario para tener bien al bar, se aproximo a la barra y en seguida se dirigio al moso*
- Dame lo mejor que tengas, si es fuerte esta bien
*Luego de esta orden, el moso le trajo su bebida con hielo, el joven la tomo y bebio un poco*
-Excelente
*Su estomago estaba acostumbrado a tomar bebidas fuertes, habia desarrollado un estomago de acero, le encantaba el alcohol, mas detestaba rascarse. A su lado, tenia a la mujer, mas no le dio mucha importancia.*
*La noche no solo era para aquellos fanáticos del crimen, si no también para personas importantes con cargos inmensos, para prostitutas, para aquellos que querían divertirse en fiestas o en discotecas como nuestro amigo Ryunosuke.
Se podría decir que en el día, todo era mas tranquilo ya que estaba la luz que brindaba el sol, o digamos... mas facil ya que todo estaba iluminado, pero luego de caer el tope de las seis de la tarde, llegando a su hermano las siete de la noche, la ciudad daba un giro muy radical, parecía que la ciudad se despertara, o aquellas personas de la noche saliesen hacer de las suyas como ya se ha nombrado anteriormente.
El joven de 1.80 de alto, cabellos negros, piel blanca y cuerpo bien formado y definido, disfrutaba de una grata fiesta en una de las discotecas mas reconocidas y seguras de japón. El lugar se definia en varias secciones ya que era un lugar para gente adinerada, los Ryuujin, eran personas humilde, y muy adineradas, pero nuestro participante Ryu, no es que no fuese humilde, pero le gustaba darle uso a su dinero, y mas en las noches, siempre andaba solitario y algo fastidiado de la vida, queria algo de diversion o algo que lo divirtiese.
Era ironico que en las discotecas el se la pasara en la barra y no bailando, ninguna dama captaba su atencion como para invitarle a bailar. ¿Como podriamos llamarlo? serio, si, serio y muy reservado, siempre andaba con cara de pocos amigos o de perro bravo, era muy raro que su semblante cambiara.
El chico se encontraba sentado en una seccion donde las personas podian compartir y y beber un trago tranquilamente donde escuchaban la musica del lugar, pero Ryu se habia cansado de estar alli, no le veia nada divertido, estaba solo, como siempre, asi que se levanto, dejo su dinero en la mesa y se retiro del lugar.
Despidiéndose del guardia que lo conocía, el joven se encamino en una calle solitaria, eran las nueve de la noche casi las diez. Solitario, se topo con una lata, empezo a caminar y a patearla jugando un rato, le parecia entretenido hacer eso, sus manos estaban metidas en sus bolsillos y su mirada fijada en la lata, dio una patada algo brusca y mando la lata a la otra calle, al levantar la mirada, observo el nombre del Café - Bar.
Inexpresivo como siempre, ladeo su cabeza un poco y miro analizando el lugar, se veia tranquilo, por el vitral se veia a la joven descrita anteriormente, su cabello rojizo llamo su atención, primera vez en esa noche que algo había captado su atencion, pero no se inmuto ante la bella rojiza, era algo de rogar para las chicas, entraria por el motivo de tomar un café o mejor, alguna bebida alcohólica, se encamino hasta empujar la puerta, miro el lugar y observo que no habia mucha gente pero tampoco poca, lo necesario para tener bien al bar, se aproximo a la barra y en seguida se dirigio al moso*
- Dame lo mejor que tengas, si es fuerte esta bien
*Luego de esta orden, el moso le trajo su bebida con hielo, el joven la tomo y bebio un poco*
-Excelente
*Su estomago estaba acostumbrado a tomar bebidas fuertes, habia desarrollado un estomago de acero, le encantaba el alcohol, mas detestaba rascarse. A su lado, tenia a la mujer, mas no le dio mucha importancia.*