Comienzan nuevamente las contracciones, haciendome agitar al punto de gritar por el dolor que desvanece pocos segundos después. Me siento asfixiada ante tanta gente presente; Aquellas máscaras me inquietan, era como vivir una pesadilla.
Me bajo de aquella camilla, escapándo de las manos de mi amado rey que ahora, bajo el efecto de un calmante, se comporta con real y ABSOLUTA calma, viéndome marcharme descalza.
Daris, bajo su máscara, esconde el rostro digno de un servidor de satanás, con las manos a los lados de ma cintura.

Daris -Entinces así van las cosas? Ustedes, se quedan aquí, David..-

En el pasillo se escuchan mis gritos de dolor que hacen rodar los ojos de Daris antes de ir por mi, encontrándome a mitad camino para salir del palacio, dejando un rastro de líquido trasparente desde un cierto punto en adelante.
Daris camina enfurecida y murmullando maldiciones mientras se quita la máscara, arrojandola a un lado.

Daris -Uno intenta hacer las cosas como se debe, como un