— No estoy tratando de intimidarte — No parpadeó solo le observó como si su mirada se fundiera con la contraria — Eres tan fuerte como quieras ser o más débil como creas serlo
— Aria...te cuesta confiar en los demás y lo comprendo pero debes de entender que no todos son iguales a los mismos que traicionaron nuestra confianza, eso es algo que comprendió mi corazón gracias a ti porque tú no eres igual.
Sus grandes ojos azules también se fijaron directo en su pokemon, una mirada retadora y tajante como cuchillas de Bisharp — Adelante, no me dejaré intimidar por ti haz tu mejor intento — su voz era fuerte llena de firmeza y valentía aunque por dentro un alma frágil se escondía.
— Ya veo...— caminó hacia ella y se sentó en frente en posición felina una camioneta moviendo la colá y la miró fijamente a los ojos — extrañamente eres la única huamana a la que no le puedo leer la mente pero a pesar de ello tenemos un vínculo muy grande y es como si pudiera hacerlo...¿Quieres que te diga lo que percibo de ti en este momento? — silenció para escuchar su respuesta
— De que? — No tenía expresión alguna en el rostro pero los pokemon más cercanos a ella podían saber con exactitud que se encontraba triste en ese momento incluso aunque aparentara que no.
— Me gustaría ser tan resistente como tú...para enfrentar los golpes de la vida — dijo la albina mientras acariciaba el caparazón del pokemon clon, también tenía a su alrededor otros pokemon que habían nacido hace poco o estaban en rehabilitación.