En verdad a veces no se que hacer contigo... luego recuerdo lo que verdaderamente deseas y la respuesta viene sola a mi mente -le comenta, metiendo una mano en el cabello ajeno y aprovechando para acariciar la nuca del hombre en aquel lento movimiento-

— Tus castigos siempre son el más dulce de los deleites, amado mío. — Respondió con un toque de picardía en sus palabras, dejándose atraer por él y tenerlo más cerca de su propio cuerpo.

Ah, Sir Aren, es usted un pervertido -le responde con diversion clara en su expresion, relamiendose los labios y atrayendoll a su cuerpo- Deberia castigarlo por ser asi~

— Gracias. Aunque no me quejaría si deseas romperlo completamente, si vamos a la cama un día que lo lleve puesto. — Le propuso con una mirada cargada de deseo, riendo por lo bajo.

No voy a mentir, lo vi y de inmediato pensé en ti~

— Tú eres el hermoso aquí, amado mío. Gracias por tan bello detalle. Me encanta. —

Te queda excelente~ en verdad eres hermoso.