El cumplido de Etienne provocó una ligera risa en Aren, el cual tenía toda su boca llena y ocupada con lo que le estaba haciendo, abriendo sus hermosos ojos azules violeta para observarle directamente, coqueteándole y provocándole con la mirada y con cada profunda mamada.

Llevó una mano que tenía libre hacia el perfecto torso contrario, acariciando su piel mientras seguía chupándole y mirándole a los ojos, cautivado con el inmenso atractivo físico de su amante.