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— Me recuerda tanto a él...
 
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SW-User
-Tsk

El alfa protesta, acomodandose bien la ropa y tomando aquel trapo para poder ayudarlo a limpiar, haciendolo con bastante rapidez en ese momento

- Estas exagerando, Aren.
— ¡¿Pero de qué estás hablando?! — Buscó con desesperación algún trapo de cocina para poder deshacerse de aquel desastre, lanzándole un trapo a Etienne también. — Es un deber ayudarme, Etienne.
SW-User
Etienne se relame los labios con ganas, sonriendo por lo bajo antes de alejarse del contrario, acomodandose las ropas finalmente

- Vamos, no fue tanto desastre.

Comenta el vampiro intentando minimizar el desastre que habian hecho.
El médico cerró con fuerza sus ojos al ser clavados esos colmillos en su cuello, arqueando su cuerpo hasta el punto de tener pegada su espalda al pecho contrario. Su cuerpo sentía fuertes contracciones placenteras y, para evitar tener que gritar de dolor y placer, cubrió su boca con su mano, dejándose derramar de éxtasis al tener a Etienne tan cerca de su cuerpo. Su erección expulsaba a grandes chorros su cálida esencia, manchando todo su pecho, las encimeras y algunos utensilios de cocinas que ahí estaban. Fue uno de sus orgasmos más intensos y repentinos, viéndose completamente sonrojado por el desastre.


— ¡Ma-Maldición! Hah...Hah... — Jadeaba muy asustado, tirando de la mejilla de Etienne para que se le despegara de él y saliera de su cuerpo. — ¡Quítate! ¡D-Debo limpiar todo esto!
SW-User
-Un poco

Confiesa sin pudor alguno el vampiro, tiendo por lo bajo antes de lamer el cuello de su amante y enterrar sus colmillos en este al tiempo que le daba placer directamente

- Vamos... terminemos pronto, no queremos que nos descubran~

Incita el mayor, riendo divertido ante las reacciones del joven medico.
— Ahhh...¿Te-Te excita asustarme a muerte, Mi Señor? Mmm... — Le preguntó entre sensuales gemidos de placer, los cuales salieron desde lo más profundo de su ser ante el inicio de las caricias del pelirrojo en su erección, mordiendo su labio inferior y mirándole con total lascivia, llevando sus dedos a los labios y colmillos del vampiro, con intenciones de que degustara de sus falanges. — Oh, Etienne...Ahh...

El aumento de temperatura en su cuerpo también fue provocado por el calor que emanaba de las cocinas del castillo, notándose todo el cuerpo y rizos de Aren empapados de sudor.
SW-User
-Hahahaha~

Estaba claramente divertido a pesar de que le habia tirado de la oreja, lamiendo su mejilla y continuando con sus movimientos de manera constante

- fue divertido escuchar tu corazon latir tan rapido

Confiesa, bajando una mano a masturbar al contrario
— ¡Se-Serás idiota...! — Notablemente indignado por la broma pesada, Aren tiró con fuerza de una de las puntiagudas orejas de su amante a modo de demostrar su molestia, aprovechando que estaba cerca de su rostro. Sin embargo, el agarre de su mano se fue suavizando cuando Etienne se movía nuevamente en su interior, concentrándose en su propio placer. — Ca-Casi haces que me...Ahhh...Que me muera de un infarto...Mmm... — Le recriminaba entre gemidos, cerrando sus ojos y respirando con algo de libertad, relamiendo sus labios de gusto. — Mmm...Si-Sigue...Ahhh...
SW-User
-No viene nadie... no me voy hasta que termines.

Le dice al oido, asegurandole que finalmente pudiera llegar al climax, volviendo a moverse luego de su propio orgasmo para poder dejarle disfrutar.

- Puedo escuchar todo lo que pasa en este castillo... nunca estuviste en peligro.

Le dice, riendo de forma burlesca dejandole saber que habia estado jugando con el todo ese tiempo.
— ¡Nghh! ¡Mmmm! — Los gemidos del médico real apenas podía escucharse a través de la amplia y fuerte mano del vampiro, la cual cubría su boca en esos instantes en que le estocaba con perversión desmedida en plena cocina del castillo. A pesar de ello, sintió la calidez de la eyaculación ajena en su interior, mirándole de reojo con el ceño fruncido por esto, mientras se tocaba a sí mismo con la intención de también correrse junto a él.

Podía sentir los fluidos de su amado chorrear por sus piernas y gotear en la tela de su vestimenta, viendo esto con horror, ya que no sabía qué excusa dar en caso de que llegaran a descubrir esas manchas en su fina vestimenta.

— E-Etienne...De-Debes irte... — Le pidió con algo de dificultad al tener su boca aún cubierta por la mano contraria, ya que estaba temiendo en sobremanera de que alguno de los cocineros reales llegaran a esas cocinas y les descubrieran, olvidando momentáneamente sus deseos de llegar a su clímax.

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