- Ares aun no ha despertado, aunado a ello custodiamos Venus, este no podria entrar sin que nadie le hubiese visto, es imposible que haya sido el, es ridiculo Kusari
-enunciaba mientras desviaba la mirada jugueteando con mis dedos, mis cabellos blancos rosadosos se mostraban ondeando mientras miraba de reojo a la persona que mas amaba y añoraba proteger-
- Necesitamos que vuestras hermosas fauces pronuncien palabra mi lady... Por favor, nos duele
-exclamo aquel hombre de cabellera castaña y un aura completamente demoniaca mientras soltaba a Kumino y se ponia frente a todos-
- Ares es el unico que puede acercarse tanto a nuestra Diosa y ser tan despota como para lastimarla, Diosa mia, solo debe decirlo, y pondremos en su lugar al Dios de la guerra
-se acerca arrodillandose frente a ella esperando con fervor el permiso de guerrilla-
-solo aquello rondaba la cabeza de la joven Diosa al ver tanta preocupacion de parte de sus caballeros y el joven Atheniense, algo de normalidad se denoto en su mirada forzando una simple sonrisa para un pleno despiste de aquello-
- Solo fue un golpe, jugaba con unos niños en Venus y me golpee con una pelota, no piensen mas que eso, no se preocupen
- “La guerra llegara a tus puertas si dices algo, y no quieres eso”
-una intensa voz le torturaba, tocaba su mejilla tranquila intentando mostrar que “No sentia dolor alguno”-
Será mejor que se calmen... ₪ La voz tranquila del Caballero Dorado de Piscis, Aphrodite, se escuchó en el recinto en el momento en que entraba, ataviado sin su armadura. Llevaba una camisa italiana de tono rosa pastel, pantalones blancos de corte semi campana que se ceñían a su esbelta figura. Botines marrones a juego con el corbatín de cinta que ataba el cuello de su camisa. El largo cabello calipso en ondas libres tras su espalda. El lunar bajo su ojo izquierdo. Una demon rose roja sostenida en sus labios ₪ Comprendo perfectamente sus iras, pero debemos actuar sensatamente, cuéntenos mi Señora ¿Qué ha pasado? ₪ Preguntó con calma ₪
-Este contrario atonito como sus compañeros respira hondo y con algo de preocupacion tiembla al acercarse, al instante materializa una rosa de color naranja y se la acerca a su Diosa-
- Si tiene un morado podra sanar, si es un rasguño sanara, mi lady, tranquila no debe llorar, aquella persona morira, ayudenos con un nombre o fisico
-sonrie malicioso como si la sed de sangre le invadiese (lo cual ciertamente era lo que deseaba en aquel momento)-
- Mierda! Quien se atrevio a tal insensatez? Cabo su propia tumba!
-El cosmos del caballero denominado Kusari ardia de una ira incontrolable, con mucha colera tomo a Kumino del brazo haciendola levantarse-
- No lloriquees mocosa! Vamos a fundir a puños al que se haya atrevido a darle contratiempos a la belleza de nuestra Diosa, tu no te quedes alli imbecil! Vamos Kiroh!
-Me quedo atonita, mi mundo se despedaza al ver tal escenario, recaigo sobre mis rodillas y las lagrimas llenan mis aperladas orbes-
- Mi Señora!!! Como ha podido suceder esto? Se supone que deberiamos protegerte! Como paso esto? Diosa mia disculpeme! No se que le paso, soy una inepta!
- Mi Lady, vuestro ser es sagrado y no conozco a alguien capaz de tal algarabia. Quien se ha atrevido a tocarle de aquella forma? Diosa mia! Respondame!
