Así será, ¿supongo que os veré ahí? –Cargó su pesado bolso militar y dirigió la curiosidad de su camino hacia donde la diosa le había indicado, era un camino de vivos colores, perdida en el tiempo y lejos del alcance de los hombres, a medida que se iba adentrando comprendió el misticismo de aquel templo y después de un buen tramo llegó a lo que podría decirse sería la entrada del santuario, protegido por impresionantes colosos en roca viva que parecían observarle, advirtiéndole.- Vaya…
Debes entonces ir por el camino de las rosas en Pandemos (Grecia) para llegar si no eres un Dios o un caballero protector, es divertido ver que hay pocas personas que no saben llegar
-enunciaba la propia mientras que sus senos se denotaban mas grandes de lo normal con unos movimientos secos y pausados-
-Asintió con elegancia y caballerosidad, manteniendo un porte erguido y dominante propio a su naturaleza, descubriendo un ademan ante la deleitable y voluptuosa deidad.- He estado en diversos lugares y he de decirle que no tengo ni la más mínima idea de cómo llegar al vuestro, ¿has de tener un medio de transporte para llegar a tan misterioso templo?
-la propia realizo una reverencia corta llena de toda la gracia de la hermosura que era aquella la diosa de la fertilidad, sonriole un poco mas mientras ahora con gracia se acomodaba algo el corto traje de lenceria-
- Soy Afrodita, Diosa del Amor y la lujuria, mi reunion es en Venus, en mi templo Suplice
-Aquel extraño desconocido mantendría una expresión afable y acentuó con afirmación la curiosa antesala que proponía la bella joven, describió un tenue paso y se acercó a ella para presentarse al menos como era debido.- Me llaman Lotus, un placer, soy un errante viajero y… ¿Dónde queda vuestra reunión?
Mis distinguidos invitados estaran con poca ropa por que asi lo quiero yo, la mayoria son Dioses, los cuales bien no se si hablaran, solo comeran y reiran de mis malos chistes, de esto solo personas normales, no es inoportuno, mas bien oportuno, para no aburrirme
No quisiera ser un visitante inoportuno, ¿pero por que negarme a tan amable gesto?, vuestra compañía promete ser una instancia atrevida y emocionante, pero no tengo un traje para la ocasión, mis fachas no la honrarían ante sus distinguidos invitados.
