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Coliseo de batalla
 
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[...] No obstante, no tenía intención alguna de seguir volando de tan descuidada y errante manera, por lo que al mismo tiempo arqueó su espalda hacia atrás con la intención de cambiar la dirección de aquel vuelo y dirigir a ambos de vuelta a la arena, y estrellar ambos cuerpos contra el suelo, dando a entender que se trataba de un ataque suicida. **

[...] Repentinamente, un destello a espaldas del caballero de bronce surgió al grado de extenderse formando un par de medias lunas, una reacción natural de la armadura en su intento por proteger y apoyar a su portador; develando así aquellas alas que, en raras ocasiones se manifestaban.

Aquellas alas del Pegaso finalmente se habían abierto, con esto, podría ganar un poco más de estabilidad ante el descontrolado y violento vuelo que ambos comenzaron a ejecutar. Con aquellas alas, Markab se sujetó con fuerza, al menos lo que le permitían sus extremidades ahora heridas, e inclinando ligeramente su cuerpo, haría que ambos comenzaran a girar, esto con el propósito de evitar de alguna manera, el ser el único en ser atravesado por aquellas espadas. —¡Aaaaagh! —

[...]
**¿Que si era doloroso? Definitivamente. Ser victima de su propio ataque, sacrificando su bienestar para poder dañar un poco al oponente era algo que a veces tenía que hacerse, aunque tal movimiento parecía una táctica innecesaria. Por otra parte, su resistencia era mucho mayor, especialmente al vivir una vida llena de combates en las que siempre se ponía en riesgo la misma.

No duraría mucho aferrado al cuerpo de la mujer, pues tan solo bastaba con dejar aquellas jabalinas eléctricas clavadas a su adversaria; sin embargo, aquella había bloqueado todo intento de escape por dejarla al sentir aquel abrazo con aquellas espadas que comenzaron a atravesar piernas y brazos. — ¡Ungh!—

Aquellas heridas pronto hicieron notar las evidentes hemorragias causadas por el filo de dichas espadas. La situación comenzaba a ponerse crítica, de seguir así se volvería un alfiletero. [...]
Erza bate las alas metálicas que lleva en la espalda, pera elevarse una vez mas exactamente al frente del palco donde las espectadoras son obligadas a cubrirse pues la lluvia de espadas sumada a la electricidad del ataque del muchacho ahora recorre sin control toda la arena. Uno de los dos duelistas deberá ceder en su ataque para poder separarse y disipar tan peligroso poder, Ambos están sufriendo el daño de sus ataques, ambos se están jugando el orgullo de ser el primero en soltar al otro, y es solamente el inicio de todo esto++
maldito!!! Ahhhhhhh!!!

++Erza grita no solo por el dolor de ser casi empalada por aquellas jabalinas, si no también por la electricidad que le recorre entera y provoca gran daño a la piel descubierta de la protección de su armadura. Al estar equipada con la Armadura de la Rueda del Cielo, Erza invoca una cantidad masiva de espadas, de las cuales usara ya dos para cortar al enemigo. A medida que avanza con el muchacho colgado de ella Erza aparenta estar acabada, abre los ojos y pasa los brazos por el cuello de Markab en un abrazo letal, ella sonríe con malicia resistiendo la electricidad.

Mirándolo ahora cual demonio con una sonrisa macabra grita++
Blumenblatt!!!!
las demás espadas invocadas que son al rededor de 200 las cuales se habían quedado levitando lejos de ellos, cal rayo son proyectadas en dirección e cualquier parte del cuerpo del castaño en donde se puedan incrustar o cortar y seguirán atacando al enemigo sin piedad algun
😮😮😮😮 me siento comprometida a mejorar mi rol, ok ok, yo puedo💪. Respondo está noche///
AomeHigurashi1578962 · 18-21, F
Extaciada 😍😘💖🤤)))
[...]de aquel par de espadas. Resintió el golpe, debido a la rudeza del impacto, más no le había dañado la piel o la carne, eso era bueno. — Ya te tengo...— Musitó a la pelirroja con una sonrisa, para al mismo tiempo rodear la cintura de ella con sus piernas en un fuerte candado que aunque se elevara en el cielo no la soltaría, él se iría con ella. Mientras tanto, se encargó de incrustar aquel par de jabalinas a la espalda de ella, aprovechando la corta distancia.

— Prueba esto... Olympic Lightning— Inmediatamente al contacto, aquellas jabalinas se distribuirían por el cuerpo, electrocutando no solo a su oponente, pues Markab también se llevaría parte del daño. Algo temerario y arriesgado, pero aquel chico no mostraba duda en sus actos.
[...], extendió ambos brazos sosteniendo aquel par de jabalinas eléctricas en sus manos. Parecía estar listo para recibir el ataque de ella, tal vez resignado a que no podría evitar el ataque o, tal vez, tenía algo en mente... Precipitada fue la caída de Erza hacia Markab, quien había observado sin dificultad aquella embestida con todo el peso de su cuerpo y poder. Finalmente, aquel recibió el impacto en su pecho, derribándole al instante, su espalda tocaba el suelo, incluso se había hundido en el suelo lleno de resequedad, formando un cráter poco profundo y levantando el polvo una vez más.

El momento había sido inmediato, afortunadamente para Markab, su armaudra era resistente, el gammanium y orichalco, aunado al polvo estelar, le brindaban gran protección, ademas del tratamiento que un amable lemuriano se había tomado la molestia de reparar su armadura. Aquel par de espadas se encontrarían con su pecho cubierto con el peto de su armadura, cubriendo y protegiendo a su portador [..
[...]descargas eléctricas, chillando y tronando al grado de extenderse más y más por sobre su espacio personal. — Si es así, entonces probaré esto que he estado practicando... jeje—

Más intensa fue la carga de cosmos en sus manos, y aquellos destellos eléctricos se tornaron más intensos hasta el punto de concentrarse y adoptar la forma de un par de jabalinas. Se dice que desde la era mitológica, tras el ascenso de pegaso a los cielos el mísmo Zeus, padre de los dioses, nombró al caballo alado como el guardián de su poderoso rayo, además de haber hecho una constelación en su nombre y; efectivamente eso había creado, un par de jabalinas de energía pura, amplificando el cosmos hasta manipular la forma del rayo. No tuvo dificultad en ello, parecía que siendo un caballero del más bajo rango, conocía la leyenda del caballo alado y su herencia mitológica.

No subiría con ella, sabía que se encontraría en desventaja de tener ella un terreno más alto. Decidió esperar[

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