** Detuvo cada acción que realizaba tras ver las acciones contrarias, quedando perplejo ante la humildad y sensibilidad que la Athena de ese tiempo tenía, algo muy distinto a la imagen que se hacía en mente. Efectivamente,la sorpresa era tal que no pudo reaccionar en el momento. ¿Un dios pidiendo perdón? Era algo fuera de lo común.
— No hace falta pedir perdón, ni arrepentirse por lo que sucedió, pues de ser así no habríamos llegado a este momento. ¡Athena! Nada de lo que diga hará cambiar lo que sucedió y la fuerza que he obtenido. Levántate... Que aún no comenzamos con esta batalla. **
Markab de Pegaso, este banquete fue echo para deleitar y honrar a quienes siempre han puesto por ensima de sus intereses y hasta sus vidas, el bienestar de la humanidad y de este mundo. Cada uno de los caballeros leales a Athena en mi presencia merecen esto y mucho más. La vida que llevaste hasta el día de hoy y la tierra como la conoces cambiará,yo te lo garantizo. Mi propósito en esta nueva vida es rescatar a la humanidad,sus principios y valores,su amor por compartir con otros hermanos lo poco o mucho que tengan aunque no lleven la misma sangre en sus venas. Yo busco revivir este mundo y recuperar la gloria del pasado,que la naturaleza pueda vivir en paz y comunión con los seres humanos y que no exista más odio ni guerras. Markab... Yo quiero...
**La Diosa camina hasta estar frente al caballero y se arrodilla ante el**
Yo te pido perdón por la vida que haz vivido y no ser digna de mi Divinidad
Mantuvo silencio en su andar, había muchas cosas que quería preguntar, esencialmente ¿Cómo es que una diosa se mostraba tan dócil y amable con los humanos? ¿Por qué era tan diferente al resto de los dioses que buscaban doblegar a los humanos? Tal vez durante la comida sus dudas se disolverían.
Una vez llegando al salón, éste no dudó en mostrar su impresión al ver tanta comida y ornamentos, parecía un gran banquete para aquellos más privilegiados. Tenía la errónea idea de sentarse en una mesa bastante sencilla y compartir algunos pocos alimentos, pues era así a como siempre había vivido.
— Claro... — atendió de inmediato par sentarse del lado derecho. — ... no se qué decir ante tal invitación, tan solo... Gracias. —
++Una vez dentro del recinto el caballero puede observar un amplio salón de paredes de mármol blanco, con altas columnas que le sostienen, el lugar esta inundado con aromas de inciensos y copales de hiervas aromáticas, copal, mirra y ese tipo de aromas embriagan el lugar. Los pasos de los dos hacen eco en as paredes al caminar. Pronto el pasillo se vuelve mas ancho abriendo paso a un salón aun mas grande, en donde una gran mesa larga ya rebosa de platones con frutos exquisitos, guisos de cerdo, res y pescado, jarras con vino y agua de manantial, platos de exóticos platillos de apetitoso aspecto. La Diosa camina hasta la cabecera de la mesa donde ya le espera una cómoda silla forrada de terciopelo rojo y ornamenta en oro, antes de tomar asiento da dos palmadas y de la habitación siguiente surgen algunas doncellas quienes de inmediato asumen que deben ayudar a servir a la Diosa y a su invitado++
Por favor toma asiento y disfruta de esto que esta echo para ti...
Se había tomado su tiempo e incluso había seguido la silenciosa indicación de arrodillarse, posando su rodilla izquierda sobre el frío y agrietado mármol de aquel recinto. Distinto a otros que agacharían su mirada, la de él se mantuvo en alto y sin apartar la mirada de la contraria, notando aquel par de preciosos azulados ojos de la diosa en ese tiempo.
Y tras aquella invitación, este abrió su mirada nuevamente, un tanto confuso. — ¿Comer? — Cuestionó aún sin saber cómo responder. — E-Esta bien... — replicó levantandose de su postura para seguir a la encarnación de la diosa de la guerra. ¿Así era como debía ser Athena? No sabía, se cuestionaba mucho ese detalle.
**Aquella escena quedaría inmortalizada en la memoria de ambos por toda la eternidad. LA dulce mirada de la Diosa inunda por completo el alma del caballero de bronce, le brinda aquella paz y consuelo que le hace tanta falta, al igual que la presencia del chico ante ella brinda esperanza a la chica**
De pie mi querido Markab de Pegaso y ven conmigo a comer algo y descansar un poco, la tarea asignada será dura y difícil, debes prepararte... vamos
**Athena gira sobre su propio eje y camina escaleras arriba de vuelta al santuario**
Por un instante más la tensión recorrió su cuerpo, al tiempo en que apretó sus puños ¿Qué era ese sentir? No era algo que se viese forzado, era tan natural como el respirar. "¿Qué es esto? ¿Cómo es que siento tanta tensión y paz al mismo tiempo?" Pensó mientras escuchaba. Tal vez algo así era lo que faltaba, tal vez era esa la misma motivación que necesitaban él y muchos de sus camaradas caídos durante aquellas fatídicas noches de combate intenso para sobrevivir un día más.
— Acepto y cumpliré oportunamente la encomienda que se me ha otorgado directamente.
