Sintió como Hyuna bajo de encima suyo, no tenía problema, amaba cargar a su novia, lo hace cada que tiene la posibilidad, con ella poco le importaba comportarse como un crío, disfrutaba la vida con su novia
— ¿Tu crees? Te lo dije por mensajes, por audios, pero si mi reina quiere un poco más, se lo voy a decir —
Chocó los labios con los suyos y las manos se afianzaron a la cintura de la mujer, amaba sus curvas, su cuerpo, todo, la abrazó de manera posesiva mientras seguía con el beso, amoroso y dulce, dedicado a que las acciones pesaran más que las palabras.
Con esa natural picardía, aprovechando la soledad en el elevador se bajó por fin de la espalda de su novio y suspiró, sí se veía cansada, al grado de que ya sin importarle se quitó los tacones y los mantuvo a garrados en un de sus manos. Qué difícil era trabajar en un puesto alto, pero todo valía la pena al volver a casa y verlo a él.
— No lo suficiente el dia de hoy...— Bufó y se acercó a él con los labios en piquito buscando un beso en los labios por parte de él.
Una vez decidida la manera de pasar la noche, pensó en pedir una pizza, quizá también podrían sacar algunas cervezas y pasar una buena noche juntos donde podrían relajarse de las preocupaciones de la semana.
Al poco tiempo llegó al edificio, entro por la puerta, saludó al portero y se detuvo frente al ascensor con su novia aún en la espalda, las dos manos aún con los víveres bien sujetos.
No pudo evitarlo, no quiso controlarse, se acurrucó en él, lo apretujó, inhaló el perfume mezclado con el sudor y poquito olor que quedaba de ropa limpia, era mas que feliz en aquel momento.
Se apretujó como koala y comenzó a reír.
— pensándolo bien... solo quiero que veamos películas mientras nos recostamos en el sofá —
Antes de cargar a su novia, tomó la otra bolsa para hacer fácil la labor, después se bajo un poco para dejar a Hyuna subirse encima suyo, la sensación de los pechos contra su espalda fue la indicación para levantarse cosa que hizo de poco a poco.
— Sujetate bien amor, usa brazos y piernas como si fueras un koala —
Una vez estuvo seguro de que ella estaba bien aferrada, emprendió la marcha, le cargo en la espalda y avanzó por las calles con un poco más de velocidad, no quedaba mucho para llegar al edificio, ya incluso lo podía ver por delante, además eso último había sido una buena motivación.
No sería la primera, ni la última vez, incluso no podía negarlo, le gustaba cargar a Hyuna para evitar que se lastimara los pies con los tacones. Faltaba un buen tramo para llegar a casa y prefería cargar a su novia a que ella acabara adolorida, en especial después de andar todo el día con los tacones puestos.
De pronto se detuvo cuando escuchó sus palabras, se sentía anonadado de escuchar todo eso, no se lo podía creer y menos aún lo podía permitir.
—¡Oye! ¡No! Además debes de hacer algo para que se me cure la nariz
Le pasó las bolsas con la carne y las cervezas, obviamente ella se quedó con la de las cosas dulces y botanas, después de todo ese cuerpo no se mantenía de lechuga (?).
— gracias amor, no debí salir con tacones, pero fue lo primero que vi para salir. —
Apretujó suavecito su mano con la de él y completamente alegre comenzaron a ir a casa, hasta que él dijo aquello de los golpes de ella. Entonces se puso roja y recordó cómo una vez golpeó a un pervertido en la boca del estomago e incluso lo hizo brincar hacia atrás del gancho desde abajo.
— Sigue así y hoy me sentaré en el suelo y no en tus piernas... ni tu rostro...— Le vio de reojo con notorio desdén, claro que lo cumpliría (?)
La gente volvió a lo suyo apenas vieron a los amantes empezar a juguetear, había pasado el peligro y sin duda ver a dos novios juguetear no tenía el mismo interés que ver a un chico que había terminado una pelea con un ladrón.
—Hey hey, bueno, vamos entonces, pero al menos dejame ayudarte con las compras
Con cuidado tomo algunas de las bolsas de entre las manos de Hyuna, suficiente para que ambos estuvieran a la par en cuanto a lo que cargaban. Apenas inició el camino, tomó de la mano a su pareja, entrelazo dedos con los suyos para caminar hacía su departamento.
—Además, debo decir que tu golpeas más duro que ese sujeto
Porque recordaba muy bien como jugaban antes, su novia tenía la mano bastante pesada, algo que el ladrón seguro le envidiaría, nadie podía compararse al gancho izquierdo de la halfu.
Y de la nada le jaló un mechón de cabello para regañarlo, luego lo soltó y fue por las bolsas que había dejado en el suelo.
— Vamos ya a casa, hoy pensaba hacer Yakiniku y flan de postre —
Una vez con sus cosas en brazos lo tomó de la mano, no preguntaría que hacía ahí o a dónde estaba dirigiéndose, después de esa pelea, todos los planes se habían cancelado y solo quería estar en cama viendo la tv con él.
