-Su intento por marcharse se ve interrumpido por la voz del albino, volteando de inmediato hacia él, le miró y luego miraba el suelo dónde había dejado la comida, ríe un tanto apenado y asiente un par de veces para luego tomar asiento justo donde estaba antes.- Cierto, me distraje mucho, perdón.

-Así luego se dispuso a comer, no quería preocuparlo mas de lo que ya podría estarlo, por lo cual comenzó a comer con cierta prisa, casi acababa de hacerlo para cuando la campana sonó, así que regresa los palillos y lo demás al peliblanco.- Si, claro que si. -Se pone en pie justo después que él, siguiéndole de inmediato.-

[code]No pudo evitar soltar una carcajada por la expresión de Anyel, realmente era cómico. Su estómago comenzó a doler de la gracia que ce centraba en sus tripas. Tuvo que tomar asiento para tranquilizarse y calmarse o sufriría las horribles consecuencias. Extendió su mano recogiendo su bento para terminarlo antes de sonará la campana. — Terminaré de comer antes de que acabe el recreo... Tú también haz lo mismo anyel...—
A diferencia de su amigo, él si se moría de hambre por lo que acabo más rápido. Justo a tiempo cuando la campana sonó. —Joder... unas horas más para salir... tsk...— Recogió sus cosas dispuesto a irse a su aula. Se dirigió a su amigo invitándolo a venir. —¿Vienes?.—
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-La sonrisa primeramente le hizo creer que comprendía, sin embargo, aquella respuesta le confundió completamente, luego se puso hasta nervioso, no sabía si estaba jugando pero no duda en intentar responder.-


¡N...! -Ni siquiera pudo negar al ser interrumpido, aunque esa respuesta era mucho mejor que la anterior, un tanto mas aliviado, Anyel suelta una corta risa y junto a un asentir comienza a caminar.- Nos vemos en la salida, ¿Vale? Prometo contarte.

[code]Eran esos raros y escasos momentos en los que deseaba con todo su ¨amor¨ golpear a Anyel por dejarlo a medias. Solo atinó a sonreírle, ocultando su malestar iracundo. Si creía que lo dejaría hasta ahí no, al menos le devolvería una respuesta fuera de lugar.
—Lo siento, soy heterosexual...no puedo aceptar tu amor...— Ahora si volvió a su comportamiento habitual, elevando la mano dirigida a su amigo para que no lo interrumpiera. —Esta bien... Si es algo importante como para que lo cuentes aquí y a los demás... iré contigo después de clases.— apacible fue su tono de voz. Otorgándole una leves palmadas a la espalda de su compañero.

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-De igual forma toma aire, necesitaba confianza para iniciar a contarle, pero, ¿Por dónde iniciar? ¿El primer día? Sería demasiado y el tiempo estaba en su contra, ¿Un resumen de todo lo que le ha ocurrido? Sonaría a un cuento, ¿Cómo? ¿Qué debería decir? Entonces, tras meditarlo un par de segundos, la puerta que conducía a la azotea fue abierta de golpe, esto ocasionó sorpresa en el muchacho, que de inmediato perdió por completo todos aquellos cambios, regresando a la normalidad, se trataba de un par de chicas, quizá planeando algo similar a ellos, contarse un chisme en un lugar solitario.- Oh...

-Se acerca rápidamente al albino, aprovecha la cercanía para susurrarle.- ¿En mi casa, después de clases?

[code]Lo ideal y normal sería que respondiera muy anímicamente entusiasta, no obstante el ambiente serio no le permitió. Tomo una bocanada de aire, llenando sus pulmones para estar preparado sea lo que sea que su amigo pudiera revelar. Era un asunto de gran importancia y estaba más que dispuesto en ofrecerle su apoyo.

—Prometo no decírselo a nadie...—Era la primera vez desde que se conocían en hacerle jurar algo, marginando a los integrantes de su grupo común de amistades. La intriga y curiosidad iban en aumento, conforme el silencio se iba prolongando. Sino se apresuraba en comentárselo la hora del almuerzo iba a terminar lo que llevaría a volver a las clases, dejando el tema abierto. [/code]

-Movió su cabeza de manera negativa, solo un par de veces, decide no moverse, no quería intimidar ni preocupar mas a Hatsu, como muestra de que seguía siendo él, Anyel inclina ligeramente la cabeza hacia su izquierda y muestra una pequeña sonrisa, aquella que siempre se disponía a mostrar a sus amigos, ya que no era alguien que suela mostrarse muy animado.-

Estoy en completa cordura... No te asustes. -Su tono de voz era muy calmado, no mostraba estar haciendo ningún esfuerzo, no había lucha, era él completamente, entonces decide dar el primer paso, avanzando hacia él.- Hatsu,.. hay algo que tengo que contarte... Pero necesito estar seguro de que no se lo dirás a nadie...

[code]Esa mirada omnipotente se clava directamente en sus entrañas incapaz de moverse o responder. Su cuerpo obedece la orden que impuso en primera instancia ese ser más que por supervivencia que por miedo.


—Anyel...— Susurró el nombre de su amigo, tratando de sonar lo más normal posible. Con ese cambio abismal y notorio cómo no podría diferenciarlo.

—Oe... reacciona...—Nuevamente tomó el valor de traerlo a la realidad y normalidad, si es que había la posibilidad de lograrlo. Ya que no contaba con nadie más ni con armas para defenderse ante esa extraña presencia. Salvo sus puños, pero no era de los que le encantaba pelear y menos si se trataba de un amigo.[/code]

¡Espera! -Dijo con firmeza y algo de seriedad, abrió sus parpados y fijó su mirada en él, parecía que no había entendido lo que quiso dar a entender, se quedó de pie, erguido, su entrecejo se frunció un poco, que dicha era que se encontraran al aire libre, con el sol iluminando, así su cabellera castaña oscura podría verse como poco a poco se convierte en un color negro total, además de eso, sus pupilas tomarían una tonalidad roja, con cierto brillo que hasta se podría interpretar como "maligno".-


-Últimamente le tomaba algo mas de trabajo, pero al final lo lograba y mantenía con normalidad, esto además añadía algo mas, podía sentirse una tempera en aumento cuando se estaba cerca de Anyel.- No hubo ningún terremoto...

[code]Esa respuesta tan apagada y desalentadora solo causo que Hatsu respondiera de la misma forma.—Aquí es cuando me das el discurso de ¨te apoyo¨ y toda esa babosada (?)— Como de costumbre su ánimo bromista resaltó en medio de la conversación. Aunque en sí le preocupó ver el estado deplorable en el que se encontraba.—Estás seguro que esto es solo por cansancio...— Una respuesta que suena más a una pregunta. Con dudas e escepticismo, se apresuró a ayudarlo. —Debería llevarte a la enfermería para que descanses...apenas si has tocado la comida.—

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