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-Estaba masticando cuando la escucha gritar, se le queda mirando, como todo mundo dentro de aquella pizzería, mastica lentamente y solo parpadea unas cuantas veces. Poco después traga lo que tenía en la boca y tras aclarar un poco la garganta, se inclina sobre la mesa para acercarse a ella.- ¿No lo has notado nunca? Incluso Erison lo sabe, no podemos quemarnos, ni siquiera sentimos el calor en un clima soleado.
Ella no había notado lo de la inmunidad a lo caliente, así que entró en pánico cuando lo vio hacer eso — ¡PERO ESPERATE TANTITO QUE ESTACALIENTEYTEVASAQUEMAAAAAAAAAR!
-No había nada mejor que una pizza recién hecha, no tuvo necesidad de servirse, por suerte su amiga andaba muy dispuesta a ser gentil, cuando fue servida su rebanada, aprovecha su casi inmunidad a lo caliente y da mordida tras mordida como si la pizza ya estuviera algo fría.-
Minutos después ya les habían traído la comida. La rubia agradeció — ¡Yo te sirvo, Anyelito! — agarró un vasito para echarle té y escogió la rebanada más grande para él
-Estaba siendo tratado como un niño, hasta fue sentado a la fuerza, obediente se queda ahí, mirando a la rubia, lo mismo hacía la mesera que se encontraba tomando la orden de una familia de tres que había llegado antes al lugar. Por suerte había otra libre, quién se acercó anotando aquello y antes de marcharse preguntaba: ¿Alguna cosa mas?, a lo cual Anyel simplemente negó con su cabeza, todo con tal de que se apresuraran para calmar el hambre de Mady.-
Ni preguntó sobre mesas disponibles ni nada. Jaló a su amigo y lo sentó y de paso ella por igual. Ni vio el menú — ¡Hola, aquí una pizza grande y una jarra de tecito frío con miel! — alzó el brazo agitandolo
Que suerte, con eso pagaremos el agua y la luz. -Ríe de manera mas evidente mientras es jalado, casi forzado a correr. Por suerte la pizzería estaba en la siguiente esquina.- Ya llegamos, ya llegamos, tranquila.
— ¡Con mis monedas y pelusas seguro podremos vivir juntos! — prácticamente iba a ser la mantenida de ahí. Lo seguía jaloneando — ¡Corre más rápido! Tsk...¡Más! Sino, mis tripas me van a comer a mí
Tu eres de las mías, hasta podemos alquilar apartamento cuando mi papá me eche de casa. -No se esperaba la impaciencia de Mady, viendose sorprendido por ese agarre de mano y el jalón que lo obligaba a caminar mas deprisa.- Vale, vale, pero tranquila, me vas a dejar manco.
¡Ay el té frío! ¡El té con mucha miel! — se llevó la mano al pecho como si hubiera recibido ahí un golpe — ¡Me encanta! ¡Aaaay pero si ya estoy salivando! — Toma la mano de su amigo y lo jalonea buscando que corra junto con ella — ¡Eres demasiado lento, apurate o mi tripa derecha se comerá la izquierda!

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