- Momo, Momo Velia Deviluke - Resonaría aquella azucarada vocesita mientras su indice se situaba sobre sus propios labios en una delicada señal de silencio, con cuidado tomaría con su diestra la zurda ajena para posteriormente dar un pequeño salto junto con este hacia el borde de la ventana de aquel edificio para guiarlo de la mano para lograr saltar a su lado mientras un par de inmensas alas negras brotaban nuevamente de su espalda. - Vamos a un lugar mas privado, ¿si? - Cuestionaría sin esperar respuesta sosteniéndole con fuerza para poder volar a través del brillante cielo azul hasta aquel lugar en el cual habían logrado tener su primer encuentro.