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Comer adecuadamente es algo que terminarás haciendo con el tiempo. Descuida. - Y claro, la eslava ayudaría en el proceso. - Y sobre las dos últimas cosas. Bueno, ¡Ambas son opcionales, jaja! Tú decidirías "arreglarte" aunque está de más, eres tan bella que no necesitas ni una pizca de polvo en la cara. - Y no lo decía por simple amabilidad o por solamente por su juventud. Es más; un vistazo largo le sería insuficiente como para poder describir cada rasgo que le parecía "bello" o "sublime" en su compañera.

Negó un par de veces. No se iba a permitir divagar teniéndola frente. (?)-

Sobre asesinar bastardos. También con el paso del tiempo vas adhiriéndolo a tu rutina toda esa мусор. Si es que claro, tienes trabajo todos los días. - Ahora volvía a fijar su mirada en ella. Su sonrisa pareció sincerarse. -

¿Idiomas? - La pregunta la entusiasmo sin poder evitarlo. - Habló originalmente bielorruso y ruso. Un poco de ucraniano y polaco. ¡Pero soy un desastre con en inglés! -
-¿Cómo es que ustedes las mujeres se arreglan tanto, cocinan y todavía puedes matar a alguien? Yo solo doy buena encargandome de los idiotas. Retomé los estudios pero hasta para eso soy un desastre. --Se sincero con la mujer quien parecía la pondría en engorda al ofrecerle tanta comida. Entre más la miraba, más le parecía hermosa. Un tono de cabello muy diferente al propio, incluso lo grisaceo de su mirada le recordaba aquellos días nublados donde había un escondido sol aguardando por brindar calor. -Entonces no hablemos de ello... Y dime qué otros idiomas sabes? - le miro con interés, se limpio los dedos en el pantalón y siguió bebiendo el té.
Con un movimiento sutil acercó hacia la menor el platón de panecillos a ella para que su acceso fuera más sencillo. — Los tiempos difíciles crean personas con espíritu fuerte. Una desgracia su me lo preguntas. — Inquirió en un tono más sincero. El cual pareció desvanecerse al igual que su nostalgia cuando terminó por escucharla. - Te sentará bien entonces venir aquí. Cómo puedes ver, este lugar solo estoy yo pues no me gusta tratar los temas de trabajo aquí. ¡No podría conciliar el sueño siquiera! - Se quejó. -
-Me agrada la idea... Hay mucha testosterona descontrolada a mí alrededor. - comenta no como si fuera algo malo, sino que alguien como ella le vendría bien a la caótica vida de Nicoletta. Aprovechando que ya había tragado los restos de los panes y que tenía la garganta limpia agarro otro de los que tenían relleno de crema y empezó a comerlo mientras la escuchaba. Se le daba bien, a los viejos con los que trataba les fascina estarle contando de su vida y ella es buena escuchando. - estoy rodeada de hombres, mis jefes, mi hermano, mis amigos pero hombres a fin de cuentas. Hay una chica pero no tiene nada que ver con este mundillo, la veo poco por lo mismo.. es agradable la sensación de saber que hay otra mujer badass aquí. - ..no nací así, me hicieron pero de cierto modo lo agradezco..
Si vivo unos ocho años más puede que llegue a ser tu babushka. Pero por lo mientras tendrás que conformarte con ser mi amiga. - Reposó su codo sobre la superficie para poder posar su mejilla sobre su palma. Las reacciones de la menor le parecían sumamente divertidas por no decir adorables. - Ambas no suenan mal para mí. En realidad, ha pasado un largo tiempo desde que tuve compañía. - Confesó al mismo tiempo que desviaba la mirada. - Todos morían demasiado rápido. Pero tú... Eres una chica dura al igual que tu servidora. Y eso me alivia... -
La comida de la señora Wong también es buena pero no hay comparación, nunca tuve una abuela y eres muy joven para que te considere una. Encogió ligeramente los hombros y subió las piernas a la silla acomodándose en el pequeño espacio, sujeto la taza dando un pequeño sorbo a la bebida..era tan femenina que sentía como si fuera a romper la porcelana con solo mirarla. .. se sonrojo de golpe, todavía era una chiquilla pese a tener métodos muy sanguinarios para cumplir con su trabajo... - podemos ser amigas si...-Junto la punta de sus pies dando pequeños sorbos a la bebida que sentía le reconfortaba el pecho.-
Supongo que no me queda más que aceptar eso como un cumplido, да? - Dejó la taza de té frente de la menor sobre la mesa. Había agregado una pequeña rodaja de naranja y algo de miel. Una vez hecho tomó asiento en la silla restante. - En ese caso Nico, puedes llamarme Anya. Ese es mi nombre. Y bueno, puedo compartirlo ahora que nos volvimos cercanas. ¿Por qué, a verdad que lo somos, ¿no? - Inquirió con una suave sonrisa y en un tono un tanto divertido en búsqueda molestar a su adversa un poco.
Saben mejor que la comida rápida. -Confesó tomando la confianza para sentarse en una de las sillas que acompañan la mesita, se limpio las manos en el pantalón y espero a que regresará la mujer. Tanta buena disposición le hace sentir un poco extraña, sin embargo no desconfía de ella, no del todo. - Puedes decirme Nico.
- Negó un par de veces no pudiendo evitar reír con levedad al verla entrar por la ventana atraída por la promesa de una taza de té. ¡Era todo un enigma! Uno agradable. - Nyet. No tienes que pagarme lo que te has comido, милая. Considéralo un obsequio. También el té. - Inquirió a la vez que se encaminaba por dicha bebida hacia el samovar. - Aunque eso no es un permiso permanente para que puedas tomar panecillos todos los días. - (?)
-Tenía las mejillas infladas, llenas de pan que casi se desbordaba. Aquellos modales y clase que tanto había deseado que aprendiera Emil, brillaban por su ausencia, prefería ser una salvaje. Aunque su rostro dijera lo contrario, asintió con el cejo fruncido, si, se había enojado por qué la atraparon (?) -Te lo pagaré! --Se apresuro a decir antes de devolver la mitad de los panecillos ya que los otros ya habían desaparecido, así que termino por meterse por la ventana mirando con recelo la pequeña estancia que daba esa aura clásica de antaño. -

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