Anubis aceptó el órgano ofrecido, aunque como dios de la muerte no necesitaba consumirlo. Sin embargo, valoraba el gesto y el simbolismo detrás de la ofrenda. Este observó la reacción de Hana, reconociendo su enojo y frustración. Percibió la intensidad de sus emociones y comprendió la causa de su malestar.

-Puedo sentir tu ira y dolor. El tiempo puede ser implacable, y a veces nuestras experiencias y recuerdos parecen destinados a desvanecerse en la eternidad. Sin embargo, debes recordar que no todo está perdido. Yo puedo asistirte.-

Anubis extendió su mano hacia Hana, ofreciéndole su apoyo y guía.

-Si decides aceptar mi ayuda, estoy aquí para acompañarte en este viaje. Solo tienes que decirme, quien o que es eso que te aflige y te prometo Juntos, podemos explorar los límites de tus dones y descubrir cómo utilizarlos de manera que te permita encontrar paz y plenitud en tu vida.-

Anubis esperó pacientemente la respuesta de Hana, respetando su decisión y su libre albedrío.

Anubis permaneció imperturbable ante la escena grotesca ante él, sin mostrar juicio ni asco. Observó con serenidad mientras Hana se alimentaba y hablaba, escuchando atentamente sus palabras y captando la intensidad de sus emociones.

-Hana Gelian, tus acciones y tus palabras me han llamado la atención, pero no solo por curiosidad. Como dios de la muerte y el más allá, estoy familiarizado con los extremos de la existencia. Tu naturaleza licántropa y tu conexión con el tiempo me intrigan y despiertan mi interés. No puedo ignorar la fuerza y la intensidad que posees.-

Anubis observó el acto de Hana con calma, aceptando la ofrenda que le ofrecía. Mantuvo una expresión serena mientras escuchaba sus palabras.

-Comprendo que no te identifiques con esos seres a los que te refieres. Cada uno de nosotros tiene nuestro propio camino y origen. Me intriga esta mención a tu amiga, hija del tiempo. El tiempo es un poderoso ente que influye en la existencia de todos nosotros.- >>

Se pudo ver como los bellos de su nuca se erizaron otra ves se estaba enojando, llegando a ocasionar malestar en su estomago, nuevamente estaba vació. Para desgracia creo que solo sera un recuerdo, pues se reiniciara como un reloj y nada abra pasado incluso mis recuerdos serán extraídos, todo por culpa de un bueno para nada. Incluso pensaba que su aroma estaba en ella, debido a eso estaba que se bañaba con la sangre de aquel hombre solo para arrancar de su piel tan asqueante aroma. Y no, no me incomoda tu presencia estoy acostumbrada desde temprana edad a cosas que a cualquiera sacarían de su zona de confort.

Mordía, tiraba y desgarraba con sus fauces los ventrículos como si fueran un simple chocolate derritiéndose al contacto con su lengua, no era fan que la vean alimentarse, rara vez caza, gracias a los avances en la civilización; pero ese día había sido por mucho estresante para la lycan provocando a su instinto emerger lo que nunca imagino fue que esto llamaría la atención de aquella deidad Egipcia. Entonces.. Relamió sus dientes viendo que ya solo quedaban dos mordidas. Que estés delante de mi quiere decir que llame tu atención por tu curiosidad.

Agazapada cerca de su victima un hombre de aproximadamente 36 años de edad, al verlo acercarse hacia su dirección hundió su diestra sobre sus carnes sacando otro de los órganos de la cavidad torácica ofreciendo de sus alimentos. Mi nombre es Hana Gelian y no que asco no tengo nada que ver con esos seres solo con una querida amiga que era hija del tiempo. >>

Anubis, el dios chacal, observó a la mujer con interés mientras devoraba el corazón de su presa. La sonrisa ladina de ella revelaba su naturaleza licántropa y su sed de sangre. Sin inmutarse por la escena macabra, este respondió con su voz grave y profunda.

-La presencia de un ser tan intrépido como tú no pasa desapercibida. Como dios de la muerte, estoy familiarizado con las manifestaciones más oscuras de la existencia. Sin embargo, tu naturaleza licantrópica es un enigma intrigante para mí.-

Se acercó con cautela a ella, manteniendo la calma y el respeto hacia su poder sobrenatural. Extendió una mano con garras afiladas, pero su rostro denotaba serenidad.

-Asi es, soy Anubis, guardián de las almas y guía en el viaje al más allá. ¿Qué te ha llevado a cruzar mi camino, querida? Veo en ti un poder que trasciende lo humano, un vínculo con las fuerzas primordiales que gobiernan el universo. ¿Te sientes cómoda en esta dualidad entre humanidad y bestia?-

Anubis el dios chacal vaya vaya no pensé verlo nunca frente a mi. Con una sonrisa ladina la Lycan devoraba el corazón de una de sus presas, desbordando por sus comisuras labiales el tinte carmín que limpiaria con tan solo pasar su dedo por sus labios.