Cómo sorpresa especial en el día de las madres en rusia. La italiana había preparado un almuerzo de Pasta a la Carbonara para su esposa. Había pasado parte de la mañana preparando todo, quería que su esposa pasara un día feliz, quería consentirla con la comida, más con la receta italiana de su nonna.
— ¡Es lo mínimo que mereces! — Dejando fluir todo ese entusiasmo peculiar se sentía tan dichosa de compartir un día maravilloso con sus madres y rn específico que los regalos fueron de todo agrado. En seguida libero a su madre y rápidamente tomo asiento en el respectivo lugar brindado por su mamá Antonella. Solo basto un bocado para sonreír ampliamente una vez más, las cualidades culinarias estaban a otro nivel provocando el gran júbilo en su expresión. Todo un deleite para su paladar. — A este paso terminaré comiendo hasta la ración de Gema. ¡Mamá Antonella sabe cómo consentirnos! —
Recibió a Nyx con los brazos abiertos, besando su cabeza repetidas veces. Adoraba el entusiasmo de su hija menor en un día que en realidad no esperaba recibir nada.
— ¡Gracias mi amor! Me encantan los globos, tu y mamá me conocen muy bien.
La comida, el pastel, los globos. Todo la tenía sonriendo con regocijo.
— Eso también huele delicioso. ~ Vamos a comer las tres.
— ¿Qué es ese grandioso olor? Me atrajo hasta aquí. ¡Oh! ¿Mamá Anto hizo un festín para mami Nina? — Aún no lograba visualizar todos los platillos, sin embargo, con el atrayente aroma fue suficiente para que los ojitos le brillarán por tal alegría y dar un par de brinquitos con aplausos. Posterior corrió en dirección a su madre rusa y con fuerte abrazo la felicitó por el día célebre. — ¡Feliz día mamá! También te compre muchos globos en forma de corazones. —
Menciona entre besitos que recibe, hasta que se aparta y se sienta en la mesa, frente a ese delicioso plato tibio.
— ¿Es mi almuerzo por el día de la madre en Rusia? Milaya...estaba bromeando. No era necesario. También los niños me dieron regalos...¡Yo solo jugaba a ser una madre severa!
Comienza a reír con ganas, y por supuesto aprovecha a tomar el tenedor, deleitandose con un pequeño bocado.
Menciona con ese acento marcado a la hora de hablar italiano. Aprieta esas manos con dulzura asintiendo ante la pregunta. Toma un tenedor para enrollar en conjunto con una cuchara la pasta. Así hace un rollo en cantidad grande para la boca de la rusa.
Ese aroma era inconfundible, la comida que preparaba su esposa le despertaba el apetito incluso más. Fue acercándose a ella, abrazándola por la espalda sonriente como si sus brazos alrededor de esa cintura fuesen un candado.
— Nella...~ ¿Tu cocinaste? Quiero probar, para evaluar si nos podemos volver a casar o no.
