Sin demora alguna, encendió la moto para montarse con ella y llevarla a casa, Nella había pasado un día increíble con esa pelirroja... Su pelirroja.

— Meow...~

Seguía con ese precioso sonrojo mientras reía por el casco. Incluso el brillo de sus ojos era visible a través de este.
Tuvo que apretar a Nella por la cintura para que mire al frente y se le pueda pasar la vergüenza.

— Conduce despacio. No tengo apuro en llegar a casa...

Antonella también se sonrojo cuando Nina dijo eso, estaba rosada en su piel. La miraba y solo ríe a carcajadas.

— Lo eres... Mi cómplice también...

Se sonrojo aún más soltando a Nina, busco el casco que tenía calcomanías de gatitos y se lo coloco en la cabeza a la pelirroja.

— ¿Te queda bien allí? ... ~

Seguía roja, pero era imposible ocultar su felicidad. Le arreglaba el casco asegurandolo.

— Le puse esas calcomanías pensando en ti.

Se sincera confesando aquello, ya estaban soltando verdades entre ambas.

La chica no se enoja, pero si ríe alto y hace una mueca de fastidio.
No iba a pelear con Antonella sabiendo que estaba pasando por momentos difíciles, así de mucho la amaba.

— ¿Muchos? Pero solo yo soy tu amante...¿o no?

Casi inmediatamente se pone roja, arrepintiendose de la broma. Nina observa sus ojos, pero no dice nada mas.

El calor le invadió en aquel pecho al sentir ese abrazo por su espalda, Nella sintio mariposas, orugas, todo animal que se pudiera usar como metáfora por lo que sentía en ese abrazo tan cálido. Sus manos se posaron en las contrarias sosteniendola.

"Te amo..." Quería decir, pero se lo diría a través de esas caricias que brindaba con sus dedos en las manos ajenas.

— Cuando no te pones malcriada... Me gusta pasar tiempo contigo... Uhm... Supongo que te ganaste el honor de pasar rato conmigo... ~

Diría para molestarla un poco por ese comentario.

— Mira que muchos quisieran estar con Antonella Black ~

Se voltea para mirarla y abrazarla de vuelta por su cintura, sabía que se enojaría un poco con la azabache.

— Que sea sorpresa.

Respondió al levantarse. Antonella era adorable sin darse cuenta, casi se lo dice pero pensó que se molestaría.

Nina la siguió hasta el scooter, cuando estuvo con ella allí se le abraza por la espalda.

— Oye...gracias por querer pasar tiempo conmigo.

— Aprendí hacer unas figuras, te puedo hacer un oso, un gato, un corazón, una planta ¿Cuál quisieras que te hiciera?

Quita las palmas de los muslos ajenos para ayudarla a levantarse, ya era hora de marcharse, Antonella ahora acompañaría a la rusa a su casa.

— Te dejare en tu casa, no quiero llegar a la mía aún

Tenía esa moto scotter que se había comprado para estar en ciudad.

Un sonrojo instantáneo iluminó su rostro. La pelirroja se le quedó viendo mientras sonreía cada vez más.

— Nada de gracias...

Comenzó diciendo al buscar darle otro beso bastante tierno. El tipo de beso que Nina le daría a un novio o novia, se los daba a esa italiana.

— Me debes un café. Mañana...~

Negó levantándose del columpio, apoyo sus manos en los muslos ajenos, dejo una mirada a esos orbes verdes en silencio. Antonella solo sonríe para acercarse y dejar un beso a sus labios pronunciado pero corto.

— Gracias por estar conmigo.

La miraba nuevamente manteniéndose en esa posición.

Hundió sus botas en la tierra para detenerse riendo. Aprovechó esa pausa y se arregló el cabello, no podía ponerse tan salvaje o se despeinaba fácilmente.

— ¿Qué ocurre? ¿Ya te cansaste?