No logra responder con palabras pero sí responde a su beso con delicadeza, tan contraria a ese golpe que le había dado. Despacio le rodea por la cintura abrazándose a ella y allí respira profundamente cerrando los ojos.
La azabache se levanto despacio hasta acercarse a ella al lado de la ventana. Antonella se coloco al frente acariciando la mejilla de la pelirroja, estaba en silencio morandole, paso su pulgar por los labios ajenos en caricia y en un acercamiento sutil alcanzo a besarle los labios en un beso tierno y timido bajo esas circunstancias.
La respuesta le provocó tragar con amargura y se hizo hacia atrás. La pelirroja observó esa mejilla rojiza por algo que acababa de hacer y lo supo, ella tampoco estaba bien. Nina se pasó la mano por el cabello y negó con la cabeza, se sentía aturdida.
— Hay dos personas que te esperan. Ordena tu mente y deja de comportarte como... deja esto.
Estira su mano y toma el vaso de wisky. Entonces se aleja con este hasta arrojar el contenido por una ventana abierta.
— Los muertos ya no importan. Tú estás viva y no debes desperdiciar tu tiempo, enfócate.
La sonoridad de dicha bofetada se escucho amplio y seco en aquel sitio, Antonella tenia su rostro a un lado bastante rojo, le ardia su mejilla por la fuerza que Nina habia demostrado. Se le escapo un jadeo de dolor casi en llanto, habia recibido maltratos de hombres que no le dolian pero de parte de Nina le quebraba.
La azabache respira y confronta con su mirada a la contraria.
- No lo sé... ¿Alguna idea de como revivir muertos?... cariño...
Ladea el rostro al oírla, y se pone en pie con lentitud. Camina esos pasos que le separaban de Antonella y al verla en esa cómoda postura no puede evitar el impulso de darle una bofetada en la mejilla, tan fuerte que la mano de Nina incluso enrojece. Luego de ese sonoro golpe, la pelirroja se agacha un poco hasta estar a la altura de su rostro.
Llegó a esa lejana cabaña horas después, cuando sus ojos ya no pudieron derramar más lágrimas y su cuerpo dejó de temblar. Encontrarse con Antonella allí era liberador en cierto punto aunque doloroso porque sólo significaba una cosa, su hermano ya no estaba en el mundo.
Se sentó de piernas cruzadas en el sofá y observó en absoluto silencio a su esposa. No quería saber detalles, ni siquiera podía nombrar a Luka pero debía prepararse para continuar.
— ¿Qué piensas hacer ahora? —preguntó finalmente apretando los labios luego.
(...) El bajo sonido del silenciador se escucho impactar contra la frente ajena, dejando el cuerpo al lado de los otros dos guardaespaldas. No había nadie mas en el restaurant y los cocineros se quedaron en la cocina observando con miedo por el vidrio. La azabache apunto allí para destruir el vidrio mas no herir a nadie, era una forma de que dejaran de verle a pesar de que estaba disfrazada.
La mujer salió del lugar y tomo su moto estacionada sin matricula para huir. Antonella se perdió por unos caminos verdes en donde no podrían encontrarle, al final llego a la cabaña de Nina donde se estaba resguardando, allí se encontraría con ella nuevamente. Antonella entonces se retiro toda prenda metiéndola dentro de un bote para echarle gasolina y fuego, se retiro a cambiarse con nuevas prendas. La moto la vendrían a buscar unos limpiadores especializados en los crímenes de mafia para desaparecerla.
Ya lista y tranquila, se adentro en la cabaña esperando a la pelirroja.
Antonella estaba bajo perfil observando el desastre de los acontecimientos, los dos guardaespaldas de Luka se ocuparon del joven. Aqui Antonella al ver a la pelirroja irse se levanto sacando el silenciador que traía consigo. Apunto a algunas cámaras de seguridad primero para destruirlas, luego de ello disparo a los guardaespaldas ocupados en Luka quitándolos de su camino. Las personas corrieron y salieron del local mientras Anto iba a su presa. La italiana se acerco hasta mirar a Luka para sentarse y apuntarle.
- Bu ~ ... ¿Qué tal la bebida?
La azabache tomo el vaso de el y la observo divertida lanzándola al piso.
- Un año... "muerta" gracias por destruirme la vida de muchas formas Luka, quiero que sepas que ese intento no me hizo nada... ¿Sabes cual es la diferencia de ti y de mi? que los muertos no hablan Luka... y yo estoy hablando aún...
La azabache apunto la frente del varón, este intento quitarle el arma pero el dolor de su estomago era mas intenso.
La pelirroja le sonríe con especial encanto y se encoge de hombros.
— Pensé que sería capaz de cubrirte toda mi vida. Limpiaria el suelo que tú mancharas incluso si me moría en el acto pero... ¿Sabes qué pasó? Encontré a alguien más a quien adorar.
El ruso entre cerró la mirada y se puso de pie, confundido por todo ese monólogo de su hermana. Ella suspiró y siguió su camino, no al baño sino a la salida.
