El sentir los labios de Nina contra los suyos era una sensación que a Antonella la elevaba en muchos sentidos, su corazón y su ser se sentían felices, Nina era su hogar y su vida, al abrir sus orbes para observarle no puede evitar sonreír. Si Nina fuera una droga, Antonella sería adicta a ella.
- Con o sin, es cierto, pero es mejor contigo que sin ti
Vuelve a dejar un beso a sus labios prolongado, dejando ese sentimiento pasional que sentía hacía ella.
Hizo una mueca de aprobación, si era capaz de hacerle una taza así.
— Con o sin mis besos siempre serás la mejor, ¿Entiendes?
Besa su mentón en un corto camino de besos hacia sus labios. Allí, su unión de labios se prolonga manteniendo los ojos verdes semi cerrados. Amaba observarla tan cerca.
En aquella posición recorre el rostro de su mujer con la mirada, más pacífica. La voz de Nella y sus palabras resultaban ser eficaces siempre que algo abrumaba a Nina. Le sonríe, con su atención en esos bonitos ojos grises.
— Gracias por escucharme, mi amor. Tu eres la mejor esposa que hay.
Solo sonríe suave atrayéndola a su regazo, la hace sentar y la abraza por el vientre ajeno dejando caricias suaves a sus caderas, deja algunos besos a su hombro posando su mentón en este para mirarle.
- Sé que te preocupas y te apoyo, si Ciro baja sus calificaciones hay que hablar con el ¿De acuerdo?
Le dedica una sutil sonrisa, sabía cuando se estresaba o se sentía preocupada por algo.
No podía discutir, Nella tenía razón. Comenzó un juego de caricias leves entre sus dedos mirandole la mano, pensativa.
— Aún no, tampoco quiero ser invasiva con Ciro pero si sus calificaciones se ven afectadas por ésto...
Recordó a su padre, a la severidad que él aplicaba con los estudios. A su política de "cero novios" con ella, pero Nina se las había arreglado para romper esa regla. Se ríe de sí misma.
— Nada, sólo quiero que le vaya bien sin problemas innecesarios.
