Niega suave aún con su sonrisa.

—¿Lo vuelvo a hacer?

- No pasa nada

Le sonríe amable.

—Perdón... el calor del momento.

Le evade el beso.

- ¿Uh?

Le besa los labios.

Retira sus dedos y le sonríe a la rubia.

- ¡Gracias!

Como ella le había dicho, se le inclinó encima, a centímetros de su rostro. Sus labios se curvaron, soltando un cálido aliento encima de los labios ajenos.

—Así se ven mucho más hermosos.

- ¿Oscuros? ah, se ven así porque los tengo grises... si te acercas los puedes detallar mejor

Con su dedo índice y gordo ella misma se abre un poco mas sus parpados rasgados para que sus orbes se vieran mejor, eran un gris de tono medio. Si la luz del sol le daba, se verían un poco mas claros.

—Son... oscuros. Como el color de los árboles durante un atardecer... Poético, ¿no?