Sorprendido que aceptara de forma tan sencilla, Eren camino detrás de ella mirando como sus rubios cabellos se mecían sobre su espalda. En su mente había determinación, pero en su cuerpo se extendía un nerviosismo, pues ella intimidaba con facilidad por su forma misteriosa de ser.

Una vez en el campo de entrenamiento, Eren se detuvo cuando ella, y con voz decidida preguntó. ─ ¿Qué me enseñarás el día de hoy?¿Algún movimiento súper guay que pueda derribar a cualquier oponente? ─