Sorprendido que aceptara de forma tan sencilla, Eren camino detrás de ella mirando como sus rubios cabellos se mecían sobre su espalda. En su mente había determinación, pero en su cuerpo se extendía un nerviosismo, pues ella intimidaba con facilidad por su forma misteriosa de ser.
Una vez en el campo de entrenamiento, Eren se detuvo cuando ella, y con voz decidida preguntó. ─ ¿Qué me enseñarás el día de hoy?¿Algún movimiento súper guay que pueda derribar a cualquier oponente? ─
En el fondo respetaba la admiración de Eren hacia su persona, y por más que tratase, no podía esconder el placer de un combate. Se acomodó el cabello tras la oreja. Recibir un duro entrenamiento desde pequeña daba frutos en momentos como éste.
— Bien. — Respondió en brevedad. Dio la media vuelta e inicio la caminata en dirección al área de entrenamiento.
Al ver que ella le prestaría atención liberó lentamente su brazo del agarre. Notándose en su rostro vergüenza y con un ligero tartamudeo respondió. ─ O-Obviemos ese tema, ¿te parece?─ Recuperó su tranquilo rostro y prosiguió con su petición. El día era soleado y el tiempo libre le desesperaba un poco. ─ Me preguntaba si querrías entrenar conmigo; no domino muy bien el combate cuerpo a cuerpo. A no ser que estés ocupada, yo lo entenderé. ─
— Eren. Creí que estabas castigado por Heichou. ¿Sucede algo? —Iba dispuesta a tomar una corta siesta bajo la sombra de un árbol. La ubicación de Coordenada aún era desconocida. Debía planear nuevas estrategias para completar su misión lo antes posible y volver a casa junto con sus colegas, pero ahora estaba ahí, sujeta a la 'esperanza de la humanidad'. Relajó su postura, y le prestó atención.
─ Annie, espera un segundo. ─Sujetó el brazo de la mujer para evitar que le dejase con las palabras en la boca. A pesar de que se trataba de una mujer, podía sentir la firmeza de su musculatura, algo que impresionaba al chico.
