Se asustó un poquito, pero ahora irá a comer algo. —Se arrodilló a la altura de su hijo, despeinándolo y dándole un abrazo cálido.— ¿Quieres ir con ella? Annette seguro les dará bayas con yogurth, les harán muy bien.
—Mantuvo la calma, pero está ansioso. Necesita mirar el espejo... Quizá Dantalion pueda decirle algo sobre la entidad del reflejo... Pero tiene que estar solo, no podría proteger a todos sus cachorros a la vez.—

— ¿Qué le pasó a Lilith? — se restregó los ojos tras una larga siesta de casi todo el día, aún estaba somnoliento pero los gritos lo despertaron. No se iba permitir que alguien que otro asustara a su gemela, solo él lo podía hacer.

— Se sentía de pronto agotada con el susto que había tenido. Ni la mención de la cocina le animó lo suficiente, pero bien abrazada a su hermana dejó que la llevara.—

Suspiró aliviada, al menos sabía que su papá se encargaría de lo que sea que haya ocurrido. No estaba segura de qué había ocurrido, pero nada malo podría pasar ahora que había puesto a su hermanita a salvo. —Esta bien, páh. — Y cómo le fue indicado se dirigió al a cocina a buscar algo de comer, quizá algo dulce para distraer a la cachorra.

—Gruñó frustrado a penas escuchó todo. Las resguardó en un abrazo cálido, incluso besó la cabecita de Annette, manteniendo a Lilith cerca.— Ya, ya, cachorrita, eres muy valiente, lo hiciste muy bien. Ahora vayamos a la cocina. —Necesita entrar a la habitación para estudiar el espejo.—

— No sé... estaba en mi cuarto y llego Lilith y y estabamos frente al espejo y de repente se asusto y el espejo se quebró y y no sé... — Ya al ver a su papá, no soportó más y mostró su nerviosismo. Solo atino a ir con él, entregándole a la pequeña y de paso abrazar a ambos.

—Estaba en el piso de abajo, terminando de limpiar un pequeño desastre que Mantequilla y Dantalion habían hecho, cuando la voz de su cachorra mayor lo hizo salir corriendo disparado, subiendo las escaleras como un loco.— ¡Annette! ¿¡Qué pasa, qué pasa!? —Vio que traía a su hermanita en brazos y se preocupó.—

Con la pequeña en brazos, recorrió la casa, buscando a su papá, primero callada, tratando de simular algún juego con la pequeña, pero tras unos momentos, comenzó a llamarle en voz alta, esperando que este en algún lado que no haya revisado. — ¡Páh! ¿¿Dónde estás?? —Al menos su hermanita se habia calmado, eso le brindaba algo de alivio en el momento.

— Que su hermana se la hubiera llevado de ahí le daba un poco de paz, pero solo ella sabía que las manos que salían de aquel espejo clamaban por la pequeña gemela. —

El crujir del cristal la alerto. No estaba entendiendo que ocurria, en ese momento solo pensó en buscar a su papá. Tomó asi a la pequeña en sus brazos y presurosa salio de su habitación. — ¡Lilith, vayamos a jugar con papá! — Trató de hablar de manera alegre para distraer a su hermanita.