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Irina, hizo un esfuerzo por contener el color que sentía sobre su piel. Sabía que su señor, exigía, a la niña entre sus filas, aunque Irina no conocía la razón de la obsesión de ese príncipe del infierno, pero si sabía que de no llevarla consigo, pagaría con su vida, tal desatino en sus habilidades.

— ¿ Y cuál es tu nombre? La directora, ya me lo ha dicho, sin embargo, me gustaría escucharlo de tu propia voz. — pausó, buscando acelerar las cosas entre ambas, intentando sofocar la ira de Asmodeo sobre su piel y así exclamó una propuesta para Anne.

— He pensando, que me des una oportunidad, te pido una semana de prueba y si te gusta la vida que estoy por ofrecerte, hacemos formal la adopción con la directora ¿Qué te parece? —
Con premura Irina, había llegado hasta Anne y esa razón es la que le llevó a omitir dos cosas importantes, presentarse ante la menor y conocer su nombre. A pesar de tener la responsabilidad por ese error, no dejó de encontrar a Anne, como niña demasiado quisquillosa para ser una huérfana rezagada en un orfanato tan desagradable. Irina, no dejaba de preguntarse de dónde le surgía tanto orgullo a esa niña, aunque eso no es algo que disguste demasiado a la pelirroja, admira a su manera, que aún haya en Anne cordura y que la desesperación por amor y hogar no la llevan a tomar decisiones irracionales.

— Tienes razón, pequeña, mi nombre es Irina Petrov, soy una importante mercader que se instaló aquí hace unos meses. —

Se había inventado la vida, aunque no el nombre, era el mismo que usaba en su verdadera época; mientras hablaba la marca que tiene en su vientre y simboliza el pacto con Asmodeo, comenzó a arder con más fuerza.
Digamos que acepto que usted me adopte, no sería adecuado que al menos pregunte mi nombre, si dice que tanta conexión tiene conmigo ¿Por qué no me ha preguntado nada de mí?

** Bocona como siempre, Anne, encaró a la pelirroja, buscando entender el origen de su interés en ella. Una menor desnutrida, mugrosa, mal vestida, respondona, ladrona y una larga lista de defectos que la hacían no elegible para una familia. **
** Llevaba años esperando escuchar esas palabras, encontrarse con alguien que sintiera el deseo de adoptarla; la repentina aparición de esa mujer, fue tan abrupta que sentía que era una mentira, no podía disfrutar de lo que oía. **

La directora solo quiere deshacerse de mí, seguramente por eso la engañó diciéndole que me busque. ** Anne, respondió con amargura, sabía que en el orfanato era una carga, dormía en el suelo, comía sobras y cuando tomaba una porción decente de comida, le daban una paliza de castigo, como la que sufrió unoa minutos atrás. Aún así, no podía evitar observar la elegancia y seguridad de la mujer que tenía frente a ella, sabía que nada podía ser peor a lo que vivía día a día. **
Irina, no mentía, había llegado al orfanato con una generosa donación a cambio de la adopción de una niña; por lo que al ver que no demostraba interés en ninguna, la madre directora, fijó sus esperanzas en en Anne.

— Y bueno, ella tenía razón, eres mi elegida, puedo sentir que tú y yo, forjaremos una hermosa relación. — pausó, esbozando una suave, pero cálida sonrisa, a pesar del desagrado que sentía por los niños, poder ayudar a la menor, le generaba bastante paz. — Ahora, lo más importante, es que tú quieras ir conmigo y conocer tu nuevo hogar. —
No le sorprendió la desesperanza con la que la infante respondía, Irina, había visitado varios orfanatos cuando vivió bajo el título de princesa y comprendía el sentimiento que invadia a la pequeña, después de todo era seguro que la vida la tuviera sometida a decepciones y agresiones contantes, era el destino de la gente que no poseía nada, solo cadenas de opresión.

— Ya he hablado con la directora, he conocido a todos los niños y con ninguno sentí conexión, me sugirió buscarte, con la esperanza de que fueras el milagro que ambas esperamos — (...)
Intentando contener la emoción y asegurarse de que está mujer hablaba en serio, Anne, no dudó en sincerarse con ella. *

¿Esta segura de querer adoptarme? ¿La madre le ha explicado que hay mejores niños en el orfanato? Ya tengo 7 años ¿No le gustaría criar a un bebé? ... no quiero ser grosera, pero siempre me dicen que soy una niña inteligente y agradable, pero muy grande para ser adoptada.

* El tono de Anne, al inicio, había sido alegre, pero conforme avanzaba la conversación, volvió al mismo tono triste y desesperanzado de cuando se lamentaba por su vida y su suerte. *
Anne, había aprendido a leer con ayuda de un buen hombre que servía en el orfanato, por lo que siempre que podía se ofrecía para labores domésticas a cambio de que le permitan leer algún libro. En ese momento, la pequeña, se sentía protagonista de su propio cuento de hadas. *

¡Buenas tardes, señorita! Me llamo, Anne y sí soy una huérfana del orfanato. * De inmediato fue hasta ella e inclinó su cabeza, haciendo una breve reverencia a manera de saludo, según, Anne, era la forma correcta de saludar a los mayores y adinerados, eso leyó en un cuento. Trató de no emocionarse más de lo debido, pues había niños más pequeños en el orfanato y solían ser preferidos por la mayoría de personas.
* Anne, levantó la cabeza al escuchar aquella voz desconocida, su rostro reflejo con claridad la sorpresa que le causó la presencia ajena; la figura ajena, su cabello, su voz, su ropa, todo lo que la componía, sin duda alguna, es algo a lo que una huérfana desafortunada no está acostumbrada a ver, por esa razón guardó silencio algunos segundos. Los ojos de Anne, recorrían de arriba a abajo, incrédula de la escena de la que ahora era protagonista.
Alcanzó a escuchar la sentencia de la pequeña, los ojos verdes de Irina escudriñaron a la criatura y solo deseaba que no fuera una niña tonta, porque de verdad deseaba poder sentir un poco más de empatía por la menor.

—Quizás hoy sea tu día de suerte, pequeña — interrumpió sin pena alguna, avanzando a paso firme hacia ella, mostrándole una sonrisa afable y casi sincera.

— Dime ¿Eres parte del orfanato? Me refiero a que he sentido algo muy especial al verte, mi corazón se desborda en alegría y puedo sentir que es posible que tú seas la pequeña que llevo buscando por mucho tiempo. — añadió, casi se creía su historia y por dentro se reía de lo capaz que era de inventar cuentos tan cursis. — Quisiera saber si tengo posibilidades ante ti, para convertirme en tu mamá o quizás algo cercano a una. ¿Qué opinas?—

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