❥ Convierto las verdades en mentiras~
About Me About Me NotesAbout Me
Nombre: Anne
Edad: 19 años
Clase: Bruja
Apodos:” La huérfana” “El animal nocturno”
Afiliación: Kathus Prakliaty
Anne, una huérfana que nació con “mala suerte”, abandonada en las puertas de uno de los orfanatos más lúgubres de Inglaterra, convivió a lo largo de varios años con decenas de niños de su edad, menores o mayores, siendo testigo de cómo cada uno de ellos encontraba una familia, un hogar cálido y amoroso (era lo que ella suponía, jamás pudo saber si su creencia era real) mientras que ella crecía viviendo en el pedazo de infierno que en la tierra la recibió, el oscuro y frío orfanato.
Su estancia en ese lugar marcó su cuerpo, pues en más de una ocasión recibió castigo físico por parte de las hermanas que dirigían aquel lugar. Las razones eran tan variadas, como la imaginación de las mujeres para castigar a Anne. La noche que robó media pieza de pan, para dársela a un niño, fue castigada recibiendo golpes en sus manos con una fusta, hasta hacerla sangrar. Y así transcurrió los días de infancia y adolescencia de esta huérfana.
En los años que pasó en ese lugar, jamás desaprovechó la oportunidad de aprender, a pesar de las escasas opciones que había para las mujeres en su época y sobre todo para aquellas que no tenían familia, Anne, siempre alimentó su mente, aprendió a leer a escondidas, ayudada por el hombre que hacía la limpieza del lugar. Siempre puso atención en cada una de las labores que dentro del orfanato se hacían, era habilidosa en la jardinería, en la cocina era una aprendiz talentosa, aunque siempre que ella estaba desaparecían los panes, lo que le valía todo tipo de castigos y humillaciones. La lectura se convirtió en su refugio, la volvió una joven soñadora, esperanzada a pesar de vivir en la oscuridad y el dolor.
Cansada de la vida que llevaba y esperanzada en lo que el mundo le podía ofrecer, una noche Anne, quien ya era una mujer adulta de 19 años, decidió tomar las riendas de su vida y mientras todos dormían tomó el libro de herbolaria que tanto le gustaba, el pan que aquella tarde había robado y los listones rojos con los que solía atar su cabello. No le fue difícil salir de ahí, pues solo los perros cuidaban el lugar y ella era su persona favorita, la única que les daba pequeñas y auténticas muestras de amor, así que salió con total tranquilidad, dejando atrás ese infierno.
Pronto Anne, habría de descubrir que la vida no era más fácil en las calles de Inglaterra, pero sin duda el sufrimiento y la adversidad que estaba viviendo allí no se podía comparar al infierno que dejó atrás. Se ganaba la vida haciendo toda clase de tareas, desde ayudar en las granjas a las afueras de la ciudad, como limpiar la calle de alguna panadería o hacer las compras de alguna mujer de alcurnia que al verla sentía lástima por la joven.
Esos trabajos, apenas le daban para comer por lo que no era posible que tuviera un techo para vivir; había ocasiones en las que cantaba a las fueras de los bares canciones tristes que llenaban de pesar a los ebrios y cautivados por la juvenil voz o quizás por su físico siempre le daban una moneda que ayudaba a la joven a tener un pequeño ahorro, para cuando no había otro ingreso.
Por las noches dormía en un callejón, abrigada con una manta vieja. Anne siempre sintió especial conexión los gatos, por alguna razón su lecho nocturno siempre estaba rodeado de felinos que se acurrucaban junto a ella, dándole el calor necesario para sobrevivir en las noches frías.
La noche siempre es cómplice de las peores fechorías, afloran los miedos y los demonios que rodean a la naturaleza humana, y ese día Anne conocería los que en ella habitaban, los que el mundo alberga y los que iban más allá de su mirada mortal. Las campanadas de la Iglesia marcaban la media noche, los gatos maullaban inquietos y comenzaron a moverse de su lado, Anne abrió los ojos, una figura masculina se acercaba a ella. Terminó de despertar al escuchar el chillido de uno de los gatos que aquel hombre había pateado para sacarlo del camino, el aroma a alcohol barato se podía sentir en la medida que él caía sobre ella y su aliento pegaba sobre el rostro femenino. Esa noche, el miedo y “ el demonio” (el instinto de supervivencia) se adueñaron de la joven, quien recordó que a lado de su libro estaba una piedra que tenía guardada para defenderse en una situación así, a pesar de que creyó que no llegaría a usarla, en un parpadeó pudo sentir su mano chocando contra la cabeza ajena.
El hombre cayó de espaldas, inconsciente, Anne se levantó con dificultad, asustada y aún bajo el shock del encuentro, se acercó al hombre y descubrió que su golpe lo había matado. Cayó de rodillas ante el cuerpo, llorando asustada y asqueada por lo que había hecho, los gatos comenzaron a rodearla, quizás podían sentir el dolor que ella estaba pasando…esa noche no se había dado cuenta, pero había luna llena, la luz de la misma iluminaba discretamente el callejón, con los ojos llorosos y la mirada nublada por las lágrimas, pudo ver a un gato, uno negro que se veía diferente al resto no solo por su color, era como si desprendiera un aura que aplastará y derrumbara todo a sus pies.
Y justo cuando creyó que su vida había terminado, descubriría que solo estaba ante un nuevo comienzo.
Anne es una joven de 19 años, posee una larga caballera de color negro que suele llevar suelta, recogido en un chongo o en coletas, atadas con listones rojos; su cuerpo esbelto no destacaría de manera especial entre las mujeres, su estatura era apenas de 1.67cm y su piel era blanca, pero quemada por el sol y el frío. . Posee una mirada pícara, bastante expresiva y sus ojos son de color ámbar, su sonrisa tiende a ser amplia y cuando se ríe se le marcan un par de hoyuelos en sus mejillas.
A pesar de verse joven, aparenta más edad y luce una piel maltratada al igual que sus manos, debido al arduo trabajo, la mala alimentación y el mal descanso que ha llevado durante su vida.
Durante su infancia Anne, fue una niña tímida, dulce e insegura, solía soñar con tener una familia que le diera protección y amor. Esos sentimientos, le llevaban a vencer un poco la timidez para acercarse a sus compañeros del orfanato, con la intención de que su cercanía y amistad, aliviaran la soledad que sentía. Conforme pasó el tiempo, se dio cuenta que acercarse a ellos le traía más dolor, porque de forma constante tenía que decirles adiós, pues siempre adoptaban a uno de sus amigos y ella se quedaba atrás, envidiando la suerte ajena y lamentando su solitaria existencia. Cuando comprendió que su destino estaba marcado y que ella no había nacido para ser amada, transformó sus temores y debilidades en falsas fortalezas bañadas de seguridad forjada en la envidia y la ira, a su vez todo lo escondió bajo el manto de cálidas y joviales sonrisas.
La curiosidad y los deseos de aprender, son dos rasgos auténticos en Anne, el amor animales y su afinidad con los gatos, también son algo nato en ella, ser soñadora y esperanzada fueron actitudes que le afloraban, pero solo en ciertos momentos, como cuando decidió tomar las riendas de su vida. Tras la noche en aquel callejón, muchas cosas cambiaron en ella, tal como cuando aceptó que jamás tendría una familia.
Pronto sería difícil saber, si bajo sus dulces sonrisas, sus estruendosas carcajadas o su melancólica voz, se esconde algo opuesto. El constante dolor que la vida le infligió, bien podría cambiarla por completo y hacer de sus caretas realidades.
Reglas
❥ No habrá rol erótico
❥ No dramas, eso implica que no participo en chismes, no me gusta leerlos y tampoco decirlos.
Edad: 19 años
Clase: Bruja
Apodos:” La huérfana” “El animal nocturno”
Afiliación: Kathus Prakliaty
Historia:
Anne, una huérfana que nació con “mala suerte”, abandonada en las puertas de uno de los orfanatos más lúgubres de Inglaterra, convivió a lo largo de varios años con decenas de niños de su edad, menores o mayores, siendo testigo de cómo cada uno de ellos encontraba una familia, un hogar cálido y amoroso (era lo que ella suponía, jamás pudo saber si su creencia era real) mientras que ella crecía viviendo en el pedazo de infierno que en la tierra la recibió, el oscuro y frío orfanato.
Su estancia en ese lugar marcó su cuerpo, pues en más de una ocasión recibió castigo físico por parte de las hermanas que dirigían aquel lugar. Las razones eran tan variadas, como la imaginación de las mujeres para castigar a Anne. La noche que robó media pieza de pan, para dársela a un niño, fue castigada recibiendo golpes en sus manos con una fusta, hasta hacerla sangrar. Y así transcurrió los días de infancia y adolescencia de esta huérfana.
En los años que pasó en ese lugar, jamás desaprovechó la oportunidad de aprender, a pesar de las escasas opciones que había para las mujeres en su época y sobre todo para aquellas que no tenían familia, Anne, siempre alimentó su mente, aprendió a leer a escondidas, ayudada por el hombre que hacía la limpieza del lugar. Siempre puso atención en cada una de las labores que dentro del orfanato se hacían, era habilidosa en la jardinería, en la cocina era una aprendiz talentosa, aunque siempre que ella estaba desaparecían los panes, lo que le valía todo tipo de castigos y humillaciones. La lectura se convirtió en su refugio, la volvió una joven soñadora, esperanzada a pesar de vivir en la oscuridad y el dolor.
Cansada de la vida que llevaba y esperanzada en lo que el mundo le podía ofrecer, una noche Anne, quien ya era una mujer adulta de 19 años, decidió tomar las riendas de su vida y mientras todos dormían tomó el libro de herbolaria que tanto le gustaba, el pan que aquella tarde había robado y los listones rojos con los que solía atar su cabello. No le fue difícil salir de ahí, pues solo los perros cuidaban el lugar y ella era su persona favorita, la única que les daba pequeñas y auténticas muestras de amor, así que salió con total tranquilidad, dejando atrás ese infierno.
Pronto Anne, habría de descubrir que la vida no era más fácil en las calles de Inglaterra, pero sin duda el sufrimiento y la adversidad que estaba viviendo allí no se podía comparar al infierno que dejó atrás. Se ganaba la vida haciendo toda clase de tareas, desde ayudar en las granjas a las afueras de la ciudad, como limpiar la calle de alguna panadería o hacer las compras de alguna mujer de alcurnia que al verla sentía lástima por la joven.
Esos trabajos, apenas le daban para comer por lo que no era posible que tuviera un techo para vivir; había ocasiones en las que cantaba a las fueras de los bares canciones tristes que llenaban de pesar a los ebrios y cautivados por la juvenil voz o quizás por su físico siempre le daban una moneda que ayudaba a la joven a tener un pequeño ahorro, para cuando no había otro ingreso.
Por las noches dormía en un callejón, abrigada con una manta vieja. Anne siempre sintió especial conexión los gatos, por alguna razón su lecho nocturno siempre estaba rodeado de felinos que se acurrucaban junto a ella, dándole el calor necesario para sobrevivir en las noches frías.
La noche siempre es cómplice de las peores fechorías, afloran los miedos y los demonios que rodean a la naturaleza humana, y ese día Anne conocería los que en ella habitaban, los que el mundo alberga y los que iban más allá de su mirada mortal. Las campanadas de la Iglesia marcaban la media noche, los gatos maullaban inquietos y comenzaron a moverse de su lado, Anne abrió los ojos, una figura masculina se acercaba a ella. Terminó de despertar al escuchar el chillido de uno de los gatos que aquel hombre había pateado para sacarlo del camino, el aroma a alcohol barato se podía sentir en la medida que él caía sobre ella y su aliento pegaba sobre el rostro femenino. Esa noche, el miedo y “ el demonio” (el instinto de supervivencia) se adueñaron de la joven, quien recordó que a lado de su libro estaba una piedra que tenía guardada para defenderse en una situación así, a pesar de que creyó que no llegaría a usarla, en un parpadeó pudo sentir su mano chocando contra la cabeza ajena.
El hombre cayó de espaldas, inconsciente, Anne se levantó con dificultad, asustada y aún bajo el shock del encuentro, se acercó al hombre y descubrió que su golpe lo había matado. Cayó de rodillas ante el cuerpo, llorando asustada y asqueada por lo que había hecho, los gatos comenzaron a rodearla, quizás podían sentir el dolor que ella estaba pasando…esa noche no se había dado cuenta, pero había luna llena, la luz de la misma iluminaba discretamente el callejón, con los ojos llorosos y la mirada nublada por las lágrimas, pudo ver a un gato, uno negro que se veía diferente al resto no solo por su color, era como si desprendiera un aura que aplastará y derrumbara todo a sus pies.
Y justo cuando creyó que su vida había terminado, descubriría que solo estaba ante un nuevo comienzo.
Descripción física:
Anne es una joven de 19 años, posee una larga caballera de color negro que suele llevar suelta, recogido en un chongo o en coletas, atadas con listones rojos; su cuerpo esbelto no destacaría de manera especial entre las mujeres, su estatura era apenas de 1.67cm y su piel era blanca, pero quemada por el sol y el frío. . Posee una mirada pícara, bastante expresiva y sus ojos son de color ámbar, su sonrisa tiende a ser amplia y cuando se ríe se le marcan un par de hoyuelos en sus mejillas.
A pesar de verse joven, aparenta más edad y luce una piel maltratada al igual que sus manos, debido al arduo trabajo, la mala alimentación y el mal descanso que ha llevado durante su vida.
Descripción psicológica:
Durante su infancia Anne, fue una niña tímida, dulce e insegura, solía soñar con tener una familia que le diera protección y amor. Esos sentimientos, le llevaban a vencer un poco la timidez para acercarse a sus compañeros del orfanato, con la intención de que su cercanía y amistad, aliviaran la soledad que sentía. Conforme pasó el tiempo, se dio cuenta que acercarse a ellos le traía más dolor, porque de forma constante tenía que decirles adiós, pues siempre adoptaban a uno de sus amigos y ella se quedaba atrás, envidiando la suerte ajena y lamentando su solitaria existencia. Cuando comprendió que su destino estaba marcado y que ella no había nacido para ser amada, transformó sus temores y debilidades en falsas fortalezas bañadas de seguridad forjada en la envidia y la ira, a su vez todo lo escondió bajo el manto de cálidas y joviales sonrisas.
La curiosidad y los deseos de aprender, son dos rasgos auténticos en Anne, el amor animales y su afinidad con los gatos, también son algo nato en ella, ser soñadora y esperanzada fueron actitudes que le afloraban, pero solo en ciertos momentos, como cuando decidió tomar las riendas de su vida. Tras la noche en aquel callejón, muchas cosas cambiaron en ella, tal como cuando aceptó que jamás tendría una familia.
Pronto sería difícil saber, si bajo sus dulces sonrisas, sus estruendosas carcajadas o su melancólica voz, se esconde algo opuesto. El constante dolor que la vida le infligió, bien podría cambiarla por completo y hacer de sus caretas realidades.
Reglas
❥ No habrá rol erótico
❥ No dramas, eso implica que no participo en chismes, no me gusta leerlos y tampoco decirlos.