-Las personas normales son horribles, pero en cambio, la muerte nunca lo es, siempre te acobija y es buena... -Limpió sus lágrimas aún manteniendo su mirada escondida por su propia cabellera.- -Y la oscuridad, siempre te brinda un consuelo, es bella e inofensiva.-

- Pero... -Inclinó su mirada ante una respuesta que le decepcionó, algo muy lejos de alentarla.- -Aquellos que poseen mucho conocimiento y son muy inteligentes además que nunca tienen difícultades para aprender, son quienes menos me desean a su lado... M-me... -Respiro hondo ante aquella verdad que no suele platicar, tampoco descubrir tan abiertamente. Indudablemente, Sapphire sentía que vivía en una pesadilla sin retorno en un mundo que no logra entender, era como si fuese de otro mundo ajeno al que todos conocen.-... hacen siempre a un lado, como si... Y-Yo... No pudiese salir nunca o lograr nada, soy un fracaso. -Dijo con verdadera melancolía.-

¿Volverse más lista?... - negó con la cabeza sonriendo divertida ante aquellas palabras sin duda duchas por una pequeña con ganas de aprender. - No, no hay nada o más bien la única forma es el tiempo y estar atenta juntarte con las personas adecuadas que motiven tu creatividad, fuerza y fortaleza mental, así como la física. - Pese a ser pequeña ya tenía la valentía de caminar entre los muertos eso ya le daba un plus para ser todo aquello que deseara ser. -

-"¿Crear?" Una palabra mágica y verdaderamente cautivadora, parpadeando con asombro y sin prestar atención al camino que se ve de frente, tornandose más y más oscuro, perdiéndose brevemente en sus pensamientos, pues para aquella mujer, ella posee una gran cualidad que en el colegio pasaba desapercibida, o bien, era ignorada por prejuicios tontos e incoherentes.-

- Gracias. -Dijo viéndola de reojo y sin perder un ápice de calma.- -Esto es muy lindo. -Vió de reojo el cráneo aún teñido de sangre.- - Dígame ¿Hay alguna forma de hechizo para volverse más lista e inteligente? -Preguntó a quemarropa, sin temor o prejuicio para saber una respuesta a sus desventuras como estudiante de primer grado.-

Estaba maravillada con la sencillez con que la pequeña realiza todo acto aquella pequeña, gracias a su visión la cual le permite observar hasta el más mínimo detalle de esta pudo ver su respirar, su calma al acercarse ya que no sentía miedo hacia ella y eso era realmente sorprendente ya que una mujer en medio del bosque bañada en sangre con estos óseos no era algo atractivo para los niños o para ningún ser vivo realmente. -

Entonces vamos nena, te mostraré aquello que nadie ha visto y lo que podemos crear.

Al hacer referencia a crear lo desia en un tono sarcástico pues era un ser de destrucción y caos, pero no tenía intención de asustarla.

Es un placer conocerte Sepphire... Tienes un nombre muy lindo, yo me llamo Ann y este sitio es mi hogar. -

Siguió andando sin prestar atención al camino sus pasos eran tan suaves que casi parecía volar por lo poco que sus pies tocan el suelo.

-Añorando poseer una vida tranquila y acompañada de la imaginación, Sapphire aceptó la invitación, como también aquel regalo propiciado por la mujer de gran e incomparable belleza. Prontamente de aproximó a ella con llamada confianza, trayendo consigo aquel cráneo apegandolo a su pecho y estrujandolo con su brazo izquierdo.- - Me encantaría, jamás había venido a esta parte. -Contestó. Estaba emocionada por conocer esos lugares que pocos humanos conocen, así mismo no demoró en sujetar la fina y suave mano de la mujer, comenzando a caminar con seguridad y olvidándose de todo lo que conoce.-

- Un mar de árboles les rodean, cuyos abombadas copas cubren la tenue luz de luna, tornabdo el camino más oscuro que de costumbre, incluso tétrico.- - Por cierto, mi nombre es Sapphire. -Dijo viendo a la azabache de reojo, tomando poca o nula atención en el escenario que para ella resulta ser normal.-

Aun llena de curiosidad y la amabilidad que le surge al mirar a una pequeña tan bella interesada en algo que a ojos de otros sería tetrico para ella es algo agradable era poco común.

—Es por que este es real y está fresco si lo quieres te lo regalo. —

Murmuró al mirar que la pequeña se aferra a el cráneo sin intención de soltarlo, haciendo que esto curvara los labios de la azabache con ternura.

—¿Te gustaría conocer el lugar? -

Extendió la mano hacia la pequeña con la intención de mostrarle el lago y quizás hasta los lugares más secretos del bosque.

-Es distinto, muy pero muy distinto a lo que se ven en los libros. -Asintió y sonrió levemente sintiendo esa cálida temperatura del cráneo, aproximandolo a su rostro y paulatinamente a sus labios para probar de aquella sangre.-

- Me gusta como se ve. -Abrazó al cráneo como si fuese un muñeco de felpa, tiñendo su propio uniforme escolar con esa sangre mientras entrecierra sus ojos.-

-....-Hubo un largo silencio, y paulatinamente, una inmensa tranquilidad, seguramente la niña no tiene intenciones de regresar el cráneo, o bien, retomar su camino al colegio, aquello era más hermoso y místico, difícil de explicar.-

No, tranquila no me has asustado... Sentía tu presencia desde hace tiempo.

Respondió mirando el rostro de la pequeña niña al hablar y describir el bosque de esa manera tan particula sin temor a lo que ella hacía o era la particular así como la curiosidad por aquel resto óseo.

—¿Quieres esto? Aun esta tibio.

Se lo entrego a la pequeña observando con curiosidad lo que está haría con el.

- Lo siento, no quise asustarla, solo buscaba un lugar para estar a solas porque la oscuridad no es tan mala cuando te acostumbras a ella, a veces es digna de temerse, pero siempre te acuna cuando más lo necesitas... -Le respondió con el simple rasocinio de un infante, acaparando con su mirada el escenario que tampoco esperaba encontrar. Juiciosa y curiosa dió unos pasos al frente con la clara intención de observar más a detalle el craneo humano bañado de líquido vital que posee la hermosa mujer.- - Es muy lindo. ¿Puedo tomarlo? -Preguntó con aquellos buenos modales que ha aprendido a lo largo de su corta vida.-