[code]-El beso se mantuvo por algunos segundos hasta que temporalmente fue cortado por la fémina. En ese justo instante, sus ojos contemplan el hermoso semblante de la Itako esbozando una tierna sonrisa- Anna, preciosa... Dime ¿Qué sientes ahora?[/code]
El tierno juego de labios continuó de la misma forma que inició, la rubia sentía su rostro con un poco de fiebre debido al sonrojo que abordaba su rostro por completo, era un claro aviso de como Hao como el mismo fuego derretia la frialdad de Anna. Quién por unos instantes separó los labios y mostró en su mirada por primera vez un sin fin de sentimientos.
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[code]Nunca podría hacerlo... -Menciona entre besos aquellas palabras. Él, que toda su vida se la pasó despreciando al resto como seres inferiores, ahora se veía completamente sumiso al afecto que ahora profesa hacia esa mujer que alguna vez fuera prometida de su hermano. Eso no le importó, en lo absoluto: lo único relevante eran sus sentimientos hacia ella, que ahora se ven correspondidos. Aquél cambio de eventos fue sin duda radical, pero sensato a la final dado que había una verdad irrefutable: él la ama, como hacía mucho no lo sentía. Y ahora esas emociones quedan plasmadas bajo la tierna unión de sus labios, que no dan señas de detenerse-[/code]
Odiaba qué tuviera razón solo esta vez. La Itako no estaba muy segura de lo que debía hacer e incluso como proceder, no podía calmar ese alocado palpitar de su corazón y era algo qué más la confundia. — . . .Te arrepentiras si juegas conmigo, Hao— Y sin notarlo en realidad, sin evitarlo, sin luchar por querer apartarse de él; Anna fue cautivada por Hao y ahora correspondía a ese beso de la misma forma que él se lo proporcionaba.
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[code]No digas eso. Simplemente creo que tú, antes que con palabras, solo puedes ser convencida a través de las acciones...
Tras ello, una vez más fijó la mirada en su rostro. Podía notarlo, el semblante de la fémina reflejaba un cambio en su sentir; ya no percibía más resistencia, tan solo una leve duda que él mismo se encargaría de apaciguar en la misma manera que logró reducirla a ese estado.
Tan sólo acéptalo. Olvida todo lo demás y acepta ser mi mujer... -Exclama con ternura matizada por una leve malicia. Luego, por tercera ocasión, procedió a besar sus labios aunque ahora lo hizo con mayor delicadeza en el tacto, como si primero quisiera explorar la ternura de su carne antes de tomarla por completo. Cerró sus ojos al encajar su boca en la ajena, dejándose llevar por ese instante.[/code]
Por un instante la Itako no supo que decir, estaba completamente desarmada y entre los brazos del castaño, pero no cualquier castaño....¡Hao Asakura!; el hombre que todos odiaban, la amenaza inminente más grande en el torneo de shamanes y ahora... su punto de quiebre. –Debes detener esto ahora mismo, Hao Asakura– Ésta vez demandó como un último aviso mientras su oído cosquilleaba por las palabras de él. Ésta vez no iba a lastimarlo, ni a intentar atraparle, tampoco quería discutir más con él pero más que eso... aceptar esos sentimientos prohibidos.
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[code]No tienes por qué ser tan abnegada, Anna -Comenta con una sonrisa bastante sarcástica- O más bien debería decir, no tienes por qué contener tus emociones. Aunque seas chaman, también eres humana y por lo tanto es natural que te invadan un sinfín de sentimientos, aun cuando quieras ocultarlos del resto. Puedes decir "No" cuantas veces quieras, pero jamás podrás retener las sensaciones que te son inherentes -Acerca el rostro y termina por murmurar a su oído- Yo también soy humano. También creí que los sentimientos eran algo despreciable, lo sabes perfectamente. Pero conocerte me hizo cambiar de parecer[/code]
Por esa acción Anna reveló su gesto, una notable confusión se exteriorizó ahí, justo frente a él...el sujeto que supuestamente "odiaba" tanto, la razón de la lucha diaria y el enemigo de todos. — . . . No te creo— Tenía que negarse a aquello, no podía sucumbir a Hao, no cuando ahora todo le atacó la mente; su compromiso con Yoh, la lucha en grupo de todos con sus ideales contra el castaño. Ahora ella en medio con unos sentimientos aflorados en su corazón aquellos que quizás se negó por mucho tiempo y ahora estaban ahí....frente a ella como una maldita trampa.—No se supone que ésto deba ser así— Articuló rápidamente sintiendo el desgaste de sus palabras e incluso quebrando su propio ideal por algo nuevo que nació ahí.
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[code]Mantuvo eso por algunos instantes, pero sus palabras se encargaron de detener temporalmente el danzar de sus labios. Una sonrisa repleta de satisfacción fue lo que mostró ante ella— ¿Jugar contigo, Anna? De ninguna manera —Replica con total convicción— Uno sólo puede aceptar tener una persona a su lado para toda la vida cuando se trata de alguien muy especial; en cambio, un jueguete es algo de lo que puedes deshacerte fácilmente —Valiéndose de su diestra, sujeta con notable ternura el mentón de la joven mientras fija su vista en ella para dejarle ver, en el brillo de sus ojos, la sinceridad de sus vocablos— Y tú eres la única mujer a la que yo podría amar... en este mundo y el otro.[/code]
—Porque solo estás jugando conmigo, Hao Asakura— Soltó con algo de ira en cada vocablo de sus palabras, no sabía como sentirse exactamente en ese momento...quizás ¿confundida?. Y de nuevo, ahí ... en medio de ese forcejeo que aún ella realizaba fue besada por tercera vez, empuñó el cuello de aquel poncho en un intento desesperado por volver a forcejear contra él.
