Todos tenemos historias largas que no se quieren recordar, así que lo comprendo. —Había bajado un poco la cabeza, entrecerrando los ojos, notándose taciturno como normal. Aunque, quienes le conocían, sabrían que en realidad se encontraba alerta.— Pero ese es mi idioma natal, ¿sabe? El idioma de mi tribu, la de los sajones.
—Había un inquietante silencio en él de pronto.— No dudo de su competencia. No soy una persona que desprecia las habilidades del resto, supongo que ese es uno de los motivos por los que soy un noble caballero de la mesa redonda.
Si... así se dice en otras lenguas. Es el nombre de mi nación. **Responde con tranquilidad, sin embargo, ente los comentarios de asombro, y algunos elogios del pelirrojo, el esparvus acentúa su sonrisa. Mas cuando le pregunta sobre el sueño que pertenecía al niño inocente, es cuando adquiere una seriedad repentina; para luego responder.**
Porque no lo pertenecí siempre. Al inicio fui un niño bastante desdichado... larga historia. **Aclara, como quien no deseara recordar, o contar algún suceso en específico.** Somos competentes, más que eso...~ **Añade con cierta premura divertida, aunque disfrazada de seriedad. Por supuesto que son competentes. Son asesinos entrenados para mejorar tales habilidades. La ironía.**
Lengua de dragón. —Pronuncia, quizá un poco inquieto por el idioma. Sin embargo, su templanza continúa, era fiel ahora a su rey, aunque estuviese lejos de sus tierras natales.—
Ahora comprendo más o menos de lo que me habla. —Susurró. Su lineamiento le permitía aceptar aquello con facilidad.— Ahora comprendo menos la razón por la que aspiraría a ser un caballero, siendo que ya se encuentra en un regimiento bastante competente, a mi manera de ver. ¿Una fantasía infantil?
No es un ejército como tal... **Responde con cierta serenidad, esbozando una leve sonrisa, pro primera vez, una que no está imbuida en su característica maldad; sino que es auténtica.** Tan sólo es una agrupación de pocos, muy leales, y los mejores combatientes de Drachenzunge en su generación. Dicen, que más vale la calidad que la cantidad.~
**El explica como están organizados los paladines, tal vez le tomaría demasiado tiempo y, para un caballero tan noble en actitud, el origen de los mismos sería algo horroroso. Quizá para él mismo deba serlo, sin embargo, está más que acostumbrado a ello.**
Lo desconozco. —Se llevó la mano enguantada al propio mentón.— Supongo que si ha sido nombrado por un rey, y se le entrega el apelativo de "Sir". Aunque, son pocas las ocasiones en las que salimos varios caballeros juntos, normalmente vamos acompañados de un pequeño ejército en caso de que sea necesario, la mayoría viajamos solos para completar nuestras misiones.
—No quería ser descortés. Sin embargo, su orgullo como caballero sobresalía por sobre todas las cosas.—
Bueno... **Responde de una manera pensativa a las palabras del pelirrojo, para luego proseguir con aquello.** Soy paladín. No sé si cuente como un caballero. Pero tengo un escuadrón bajo mi mando, al mismo tiempo que soy príncipe.
**No estaría de más, que, gracias a aquel escuadrón, para el azabache el escuadrón mencionado, se convirtió en lo más cercano a una familia, por primera vez.**
**No presta atención a la extraña mujer. Él como miembro de una poderosa raza guerrera, es el heredero del trono de la misma. Sigue hablando con el caballero pelirrojo.**
Primero... el estatus... Segundo, una herencia de la que no estuve conciente hasta hace poco tiempo.
